WASHINGTON, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado este viernes una nueva flexibilización de las restricciones comerciales y de viaje que aún rigen para Cuba, en el marco del deshielo que ambos países han emprendido desde el histórico anuncio de sus líderes en diciembre de 2014.
Los cambios permiten la exportación a Cuba de algunos productos norteamericanos vendidos a través de Internet, autorizan a las empresas de Estados Unidos a mejorar infraestructuras de la isla con fines humanitarios y levanta los límites para la importación en el equipaje de mano de bebidas alcohólicas y tabaco "para uso personal", según un comunicado de los departamentos de Comercio y Tesoro.
La lista recogida en esta nota también incluye cambios para que las empresas de Estados Unidos puedan ofrecer servicios relacionados con la seguridad a la aviación comercial --precisamente ahora que las aerolíneas norteamericanas están lanzando nuevas rutas-- y para que las compañías farmacéuticas cubanas puedan solicitar la aprobación de la agencia federal de Estados Unidos.
Desde que los presidentes de Cuba y Estados Unidos, Raúl Castro y Barack Obama, respectivamente, anunciaron el acercamiento entre los dos países, se han sucedido los cambios legales para acompañar este deshielo político de otro de índole más comercial y económica. Sin embargo, el Congreso norteamericano se ha resistido frente a los llamamientos para levantar el bloqueo impuesto desde hace medio siglo.
En su directiva de este jueves, Obama ha insistido en la necesidad de retirar dicho embargo, en aras del progreso en distintos ámbitos, no sólo en el económico. "El objetivo de esta nueva política es ayudar al pueblo cubano a lograr un futuro mejor y alentar el desarrollo de un socio en la región capaz de trabajar con Estados Unidos para hacer frente a los desafíos regionales", ha apuntado.
DERECHOS HUMANOS
En este sentido, y a pesar de las "áreas de diferencia" que Washington y La Habana siguen compartiendo, Obama ha llamado a impulsar una relación que sea capaz de combinar el acercamiento con las críticas que tradicionalmente se han venido expresando contra el régimen de Raúl Castro.
El mandatario norteamericano ha insistido en que la necesidad de "promover el respeto a los Derechos Humanos, siempre bajo el entendimiento de que "Estados Unidos no puede imponer un modelo porque el futuro de Cuba depende del pueblo cubano". "No estamos buscando imponer un cambio de régimen", ha matizado en su directiva, sino "promover valores".
El secretario de Comercio, Penny Pritzker, confía en que los nuevos cambios "crearán más oportunidades para que los ciudadanos cubanos accedan a bienes servicios estadounidenses", lo que se traducirá en un "refuerzo de los vínculos" entre los dos países.
"Estas medidas tienen el potencial de acelerar un cambio constructivo y lograr mayores oportunidades económicas para cubanos y estadounidenses", ha destacado, por su parte, el secretario del Tesoro, Jacob J. Lew.