MOSCÚ, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha estimado que casi 9.400 personas murieron y más de 21.500 resultaron heridas como consecuencia de los cruentos enfrentamientos que comenzaron en 2014 entre el Ejército ucraniano y las milicias separatistas de la región del Donbás, en el este de la antigua república soviética, según un último balance emitido este viernes en el que alerta del peligro todavía existente sobre una reignición del conflicto a pesar del alto el fuego.
"La situación", afirma el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, "sigue siendo preocupante". La ONU considera que el acuerdo del alto el fuego firmado en Minsk en febrero de 2015 no ha proseguido con esfuerzos adicionales para impedir los enfrentamientos esporádicos entre ambos bandos que todavía suceden hoy, "lo que puede desembocar en un conflicto duradero que perjudique los derechos humanos y puede agudizarse y traer consecuencias catastróficas".
En total, la ONU estima que al menos 9.371 personas fallecieron y 21.532 resultaron heridas como resultado del conflicto iniciado a raíz de la operación del Ejército ucraniano en las provincias de Donetsk y Lugansk para ahogar los focos de indignación por el cambio de poder ocurrido en el país en febrero de ese mismo año.
Las estimaciones recogidas hasta ahora cifraban el número de muertos en torno a los 8.000, en lo que se trata de una tarea de recuento muy difícil dada la discrepancia de las informaciones de ambos bandos, el constante goteo de enfrentamientos y el oscurantismo informativo reinante en la zona.
Sin ir más lejos, cinco militares ucranianos murieron y cuatro más resultaron heridos el pasado fin de semana en las últimas escaramuzas en la zona, según el Ejército ucraniano.
Horas antes, los medios nacionales habían informado de que las milicias prorrusas atacaron a las tropas ucranianas en hasta 30 ocasiones durante la última jornada de combates. Hasta trece ataques se produjeron en la región de Donetsk, doce en Mariupol y cinco más en Lugansk.
RIESGO DE ESCALADA
El secretario general adjunto de la ONU para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, ha advertido en declaraciones adjuntas al informe de que este goteo de combates es cada vez más constante. "Desde mediados de abril, los observadores de la OSCE registran un aumento de la cantidad de armamento pesado cerca de la línea de separación, donde se acercaron los bandos del conflicto; existe un gran riesgo de una grave escalada de hostilidades".
Esta tensión armada está afectando gravemente a los esfuerzos de estabilización política en las localidades separatistas de Donetsk y Lugansk. "Las elecciones locales en Donbas", agregó Simonovic, "serán imposibles sin garantizar la seguridad en la región".