MADRID 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha puesto a El Salvador como ejemplo de que "la paz es posible", en el contexto de una creciente conflictividad mundial, aprovechando así el 23º aniversario del fin de la guerra civil en el país centroamericano.
"Permítanme referirme a ustedes, salvadoreños, como mis compatriotas, mis hermanos", ha dicho en sus primeras palabras, pronunciadas en español, desde que llegó a El Salvador, según ha informado el diario local 'La Prensa Gráfica'.
Ban, que es el primer secretario general de la ONU que visita el país desde la firma de los acuerdos de paz, ha destacado la importancia de este pacto nacional para cerrar las heridas dejadas por 12 años de guerra civil.
"(Este aniversario) tiene un gran significado para Naciones Unidas, especialmente en los tiempos que vivimos, con conflictos en todo el mundo. En muchos lugares se dice que las heridas son muy grandes, que las diferentes son muchas y que no puede haber paz. A todos ellos les digo, mirad a El Salvador", ha destacado.
"La paz es posible", ha afirmado. "Este es el mensaje de El Salvador al mundo", ha subrayado, recordando que tras la firma de los acuerdos de paz la ONU desplegó una misión de observación para supervisar su cumplimiento, siendo la primera vez que se hacía, por lo que ha servido de experiencia para procesos similares.
"PROBLEMAS ESTRUCTURALES"
Sin embargo, Ban ha recordado que "la paz es un proceso que debe construirse día a día", aludiendo a los "problemas estructurales" de El Salvador, como la elevada tasa de homicidios, casi diez diarios, y la desigualdad social.
A este respecto, ha valorado el inicio del diálogo nacional impulsado por el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén, aunque ha insistido en que, "para lograr cohesión social, todas las comunidades deben participar". "Nadie puede quedarse fuera", ha dicho.
Así, el jefe de la organización internacional ha declarado que su mensaje para El Salvador en este 23º aniversario es "que sus ciudadanos trabajen juntos para mantener vivo el espíritu de los acuerdos de paz".
GUERRA Y MARAS
En enero de 1992 una comitiva del Gobierno salvadoreño y la cúpula del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) --hoy reconvertido en partido político de Gobierno-- firmaron en México el fin de una guerra civil que dejó unos 75.000 muertos.
Los acuerdos de paz, considerados un éxito para Naciones Unidas, generó nuevas esperanzas entre los salvadoreños y abrió la puerta a nuevos pactos políticos y económicos en un hasta entonces inédito ambiente de armonía social.
Pero años después los hijos de los combatientes de la guerra civil que habían huido a la ciudad de Los Ángeles fueron deportados por Estados Unidos a El Salvador y se reagruparon en pandillas callejeras bautizadas a nivel regional como maras.
Las maras han supuesto desde entonces el principal problema de El Salvador. Por ello, en 2012 la Iglesia Católica auspicio una tregua entre las principales pandillas salvadoreñas que el Gobierno de Mauricio Funes recibió con escepticismo.
Aunque formalmente no se ha declarado la ruptura de la tregua, lo cierto es que, tras una histórica reducción de los índices de criminalidad, éstos se volvieron a disparar el año pasado, poniendo de nuevo el problema de la violencia como prioridad nacional.