MADRID 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
Doce jóvenes israelíes y palestinos de 18 años pasarán tres semanas encerrados en una casa situada cerca de Marsella, en el sureste de Francia, el próximo mes de septiembre, como parte de una especie de 'reality show' ideado por un productor francés en el que deberán negociar para llegar a un acuerdo de paz, según informa este miércoles la versión 'on line' del diario francés 'Le Figaro'.
En el programa, que se llamará 'Los Acuerdos de Marsella' y será emitido por la cadena France 5, participarán seis palestinos y seis israelíes, la mitad chicos y la otra mitad chicas, que convivirán en una casa en el archipiélago de Frioul.
El productor y realizador francés Mohamed Ulad explicó a 'Le Figaro' que para él lo más importante no es que alcancen un acuerdo, sino "el recorrido que harán estos jóvenes", que proceden de "contextos políticos, geográficos y sociológicos distintos". Ulad señaló que si finalmente llegan a un acuerdo, el programa se lo presentará a las autoridades israelíes y palestinas.
El productor aclaró que 'Los Acuerdos de Marsella' no se emitirá en directo ni habrá cámaras grabando las 24 horas, por lo que no será un 'reality' al uso. Indicó que cuando le preguntaron si mostrará, por ejemplo, las historias de amor que puedan surgir entre israelíes y palestinos o palestinas, respondió que no porque no quiere "entrar en su intimidad".
El hecho de encerrarles en una casa en Francia se debe a que Ulad, que ha escrito el proyecto junto con la filósofa francoisraelí Sophie Nordmann, quería "reunirles en un lugar neutral, lejos de sus parientes y de su país, para que puedan descubrir sus respectivas historias".
'Los Acuerdos de Marsella' se dividirá en diez episodios de 26 minutos cada uno. En la primera parte de cada episodio los jóvenes realizarán actividades deportivas y culturales, y en la segunda mantendrán negociaciones sobre un problema que impida la paz: desde el estatus de Jerusalén hasta las fronteras de cada Estado, pasando por la cuestión de los refugiados palestinos. Dos padrinos, uno israelí y otro palestino, les aportarán, sin entrometerse, referencias históricas y políticas.