ROMA, 21 Dic. (EUROPA PRESS/ Gloria Moreno) -
El Papa Benedicto XVI consideró este lunes que la Iglesia debería intensificar el diálogo con los ateos y agnósticos y con todos aquellos que no tienen religión, según declaró durante un encuentro con la Curia Romana.
"Al diálogo con las religiones debe añadirse sobre todo el diálogo con todos aquellos para los que la religión es algo extraño, para quienes Dios es desconocido y que, aun con todo, no querrían quedarse simplemente sin Dios, sino acercarse a él al menos como Desconocido", afirmó.
El Pontífice también consideró "importante" que la Iglesia tenga en consideración a las personas que se consideran agnósticas o ateas, ya que "la cuestión sobre Dios sigue estando presente para ellas".
Benedicto XVI hizo estas declaraciones en su tradicional discurso de felicitación de la Navidad a los cardenales, arzobispos y obispos y demás miembros de la Curia Romana y de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
El Papa recorrió los eventos más importantes del año 2009, que en gran parte ha transcurrido "bajo el signo de África", dijo en alusión a su viaje a Camerún y Angola en marzo y al Sínodo de Obispos sobre este continente que se celebró en el Vaticano el pasado mes de octubre.
En referencia a la difícil situación que atraviesa África, advirtió que los obispos y demás pastores de la Iglesia no pueden "caer en la tentación" de intentar solucionar ellos mismos estos problemas a través de la política.
Benedicto XVI también hizo referencia a su viaje a Tierra Santa y recordó, entre otras cosas, su visita al museo Yad Vashem, que definió como "un encuentro estremecedor con la crueldad de la culpa humana, con el odio de una ideología ciega, que sin ninguna justificación entregó a millones de personas humanas a la muerte y que con ello, en definitiva, quiso expulsar del mundo a Dios".
Estas palabras llegan pocos días después de que el Papa decidiera aprobar las "virtudes heroicas" de Pío XII, lo que supone un primer paso hacia su beatificación, lo cual ha generado las críticas de una parte de la comunidad judía.
De hecho, el mismo Yad Vashem hace referencia a la falta de valentía con que Pio XII habría dirigido la Iglesia durante los años de la Segunda Guerra Mundial y le acusa de no haber hecho todo lo que estuvo en su mano ante Hitler y la Italia de Mussolini para salvar a los judíos del exterminio.