BRUSELAS, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
Francia y Alemania han pedido este jueves que los países de la UE tengan derecho a restablecer durante 30 días los controles en sus fronteras nacionales, sin ningún tipo de control desde Bruselas, en caso de fuertes presiones migratorias.
En una carta conjunta dirigida a la presidencia danesa de la UE, los ministros del interior de Francia, Claude Gueant, y Alemania, Hans-Peter Friedrich, rechazan la propuesta de la Comisión Europea de arrogarse nuevos poderes en las decisiones sobre el cierre de fronteras.
"De acuerdo con los Tratados en vigor, la prevención de amenazas a la seguridad y al orden público corresponde a la soberanía nacional. A nuestro juicio, se trata de una cuestión no negociable", señalan los ministros en su misiva.
Para los casos en que un país de la UE no pueda garantizar el control de sus fronteras (como ha ocurrido con Grecia en su frontera con Turquía), París y Berlín pide que "el resto de Estados miembros dispongan, como último recurso, de la posibilidad de reintroducir controles en las fronteras interiores por un periodo no superior a 30 días".
Tras este periodo, el Ejecutivo comunitario deberá recomendar si los controles continúan o se interrumpen, pero la decisión final corresponderá a los ministros del Interior de la UE. Francia y Alemania consideran que sólo así se puede garantizar la supervivencia del espacio sin fronteras Schengen.
París y Berlín piden que su propuesta sirva como base para lograr un acuerdo a Veintisiete sobre la reintroducción de controles fronterizos. Bruselas presentó una propuesta en este sentido el año pasado en respuesta a una solicitud de Francia e Italia tras el enfrentamiento que mantuvieron en primavera por la llegada de inmigrantes tunecinos a raíz de la primavera árabe.
Ambos países reclamaron a Bruselas que facilitara la reintroducción de los controles fronterizos en caso de flujos masivos de inmigrantes, una petición respaldada por la mayoría de los Estados miembros.
Sin embargo, el Ejecutivo comunitario ha aprovechado la coyuntura para tratar de arrogarse nuevos poderes en la gestión de fronteras argumentando que de este modo se evitarán decisiones unilaterales que pongan en riesgo el espacio Schengen.
En la actualidad, la normativa comunitaria ya permite a los Estados miembros reintroducir de forma unilateral los controles fronterizos alegando motivos de seguridad pública, que según París y Berlín se ha usado 26 veces. Francia quiere incorporar a la legislación comunitaria una segunda justificación para cerrar las fronteras basándose en la presión migratoria o en la falta de controles suficientes en otro Estado miembro, pero sin tener que consultar con la UE.