MADRID 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
La prensa marroquí ha informado de las conclusiones de Human Rights Watch (HRW) sobre el reciente asalto al campamento de Gdeim Izik, cerca de El Aaiún, pero se ha limitado a recoger que la organización no ha encontrado "ninguna prueba" sobre el uso de armas de fuego ni sobre el número de víctimas adelantado por el Frente Polisario y no ha hecho ninguna alusión a las torturas y malos tratos denunciados por la propia ONG.
"Nuestra investigación ha confirmado dos muertos entre los civiles durante los acontecimientos del lunes 8 de noviembre, y no hemos encontrado ninguna prueba que apoye el balance del Frente Polisario, que habla de 36 o más civiles muertos durante los enfrentamientos", declaró el director de emergencias de HRW, Peter Bouckeart, en una entrevista publicada por el diario argelino 'El Watan'.
"Nuestra investigación no ha demostrado el uso de armas de fuego durante el cierre del campamento de Gdeim Izik por parte de las fuerzas del orden", prosiguió Bouckeart, quien estuvo en El Aaiún entre el 12 y el 16 de noviembre. "Las autoridades marroquíes, que autorizaron nuestra visita, no obstruyeron nuestro trabajo en El Aaiún y nos pudimos desplazar libremente", agregó.
No obstante, en la misma entrevista concedida a 'El Watan', Bouckeart asegura que la misión sufrió un primer retraso porque las autoridades marroquíes no le habían permitido desplazarse en avión a El Aaiún, aunque posteriormente pudo efectuar su misión sin problemas. Esta parte de la entrevista no aparece mencionada por MAP.
MAP tampoco incluye las declaraciones a 'El Watan' en las que el investigador de HRW denuncia que "numerosos detenidos saharauis" denunciaron "graves abusos durante su detención" y en las que asegura que, tras el cierre del campamento, las fuerzas marroquíes hicieron un "uso desproporcionado de gases lacrimógenos".
EL INFORME DE HRW
Los fragmentos de la entrevista que no han sido incluidos por MAP incluyen numerosas denuncias que también figuran en el informe presentado el pasado viernes por Human Rights Watch, titulado 'Sáhara Occidental, Golpes y Abusos de las Fuerzas de Seguridad marroquíes'. En este documento, la organización acusa a la Policía marroquí de golear a saharauis heridos cuando se dirigían al principal hospital de El Aaiún tras el desmantelamiento.
Asimismo, el documento indica, tomando como base los testimonios de siete detenidos y de saharauis que sufrieron ataques en sus casas tras el desmantelamiento, que las fuerzas de seguridad marroquíes golpearon "reiteradamente" y abusaron de los detenidos y atacaron "directamente a civiles".
El informe critica también las restricciones al acceso de la prensa a El Aaiún en los días inmediatamente posteriores al desmantelamiento del campamento y los disturbios y que no se haya arrestado a "ningún civil marroquí" por los daños causados en los dos barrios que tuvo oportunidad de visitar y de entrevistar a los propietarios de los inmuebles.
HRW reconoce en su informe que no tiene una cifra de víctimas mortales saharauis y de las fuerzas de seguridad marroquíes pero subraya las agresiones que cometieron las fuerzas gubernamentales, que incluso llegaron a agredir repetidamente al colaborador de HRW en El Aaiún cuando se encontraba trabajando con un periodista de un medio internacional.
ABUSOS
En el apartado titulado 'Abusos en régimen de detención', la ONG denuncia las agresiones sufridas por saharauis antes y durante su detención y ha asegurado que "al menos uno de los arrestados" ha llegado a denunciar ante un juez que fue violado. "Los testigos entrevistados por HRW tenían severos moratones y otras heridas recientes que sugieren que fueron golpeados durante su detención", ha asegurado.
También ha subrayado que Marruecos no informó a los familiares sobre las personas que permanecían detenidas e incumplió el artículo 63 de su Código Penal, que establece que hay que comunicar el arresto al familiar más cercano. En este mismo apartado, HRW ha relatado las experiencias de siete detenidos, que según sus testimonios fueron golpeados hasta perder la conciencia y sufrieron diversas humillaciones, como la de obligar a un arrestado a cantar el himno nacional del Reino Alauí bajo la amenaza de los golpes.
HRW también critica en su documento las restricciones que han sufrido sus propios trabajadores, primero para volar hasta El Aaiún y, después, cuando uno de ellos, un saharaui, realizaba su trabajo de campo en la capital del Sáhara Occidental. El investigador Brahim Alansari, según la ONG, fue agredido en varias ocasiones por los agentes policiales, que le detuvieron junto a un periodista internacional cuando estaban realizando su trabajo en El Aaiún.