YUBA, 9 Ago. (Reuters/EP) -
El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, ha concedido una amnistía a los implicados en la guerra civil en la que vive inmerso el país desde finales de 2013, entre ellos el principal líder rebelde, Riek Machar, días después de la firma del acuerdo de paz entre ambas facciones.
Una nota leída en la televisión estatal confirma la promulgación de un decreto para una "amnistía general" que afecta, además de a Machar, como líder del SPLM-IO, a "otros grupos separados que han librado una guerra contra el Gobierno de la República de Sudán del Sur desde 2013 hasta la fecha".
Las partes firmaron el pasado fin de semana un acuerdo que, en principio, punto final a cinco años de sangriento conflicto que ha dejado un mínimo de 50.000 fallecidos, según estimaciones de la ONU. El pacto compromete a las distintas facciones a compartir el poder en aras de la reconciliación política y social.
Impulsado por rivalidades personales y étnicas, el conflicto ha matado a decenas de miles de personas, ha desplazado a aproximadamente una cuarta parte de la población de 12 millones de habitantes de Sudán del Sur y ha arruinado su economía, que depende en gran medida de la producción de petróleo.
Un portavoz militar del SPLM-IO, Lam Paul Gabriel, ha advertido de que la amnistía solo será real si se cumplen todas las condiciones del acuerdo de paz firmado el domingo. En este sentido, ha asegurado que Machar, que permaneció hasta este año bajo arresto domiciliario en Sudáfrica, solo volverá a Yuba cuando la capital y otras grandes ciudades estén bajo control de "las fuerzas unificadas".
Human Rights Watch (HRW) ha reclamado este jueves la liberación de varios detenidos críticos con el Gobierno de Kiir, entre ellos el destacado economista Peter Biar Ajaka, que ha reprochado la actuación de los dos principales bandos de la guerra.
"Las autoridades sursudanesas deberían liberar a todos los que han sido detenidos de forma arbitraria y cambiar la forma en la que trabaja la agencia de seguridad nacional", ha reclamado una responsable de HRW para temas africanos, Jehanne Henry.