RCA.- Crece la preocupación por la violencia tribal previa a las elecciones presidenciales

Actualizado: sábado, 22 enero 2011 7:57

NAIROBI 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

La violencia en algunas regiones de República Centroafricana (RCA), entre ellas el sureste, donde los rebeldes del ugandés Ejército de Resistencia del Señor (LRA) siguen en activo, hace que trabajadores de asociaciones humanitarias y observadores internacionales se muestren preocupados por cómo este ambiente puede afectar a la participación en las elecciones presidenciales del 23 de enero.

"Los residentes en áreas remotas del sur viven con miedo a los ataques rebeldes", ha afirmado un trabajador de una organización humanitaria. "¿Es algo que va a afectar a su participación en las elecciones? No sabemos", ha agregado. Cerca de cinco millones de votantes están convocados a las urnas el próximo 23 de enero para elegir a su presidente y 105 legisladores.

"Tenemos informes que atestiguan un incremento de la actividad del LRA en el sureste desde finales de diciembre, especialmente cerca de las localidades de Rafai y Obo", ha dicho Ida Sawyer, miembro de Human Rights Watch (HRW). "La protección de los civiles en las áreas afectadas por el LRA es totalmente inadecuada. No hay fuerzas de pacificación y, como resultado, hay pocos actores humanitarios en la región", ha puntualizado.

El 18 de enero, la agencia de noticias católica Missionary Service informó de los ataques del LRA en el sur, a cien kilómetros de Bangassou, destacando una sensación de inseguridad que podría disminuir la participación electoral en el extremo norte y el sureste.

"Hay también serias carencias en los programaciones de reintegración y asistencia psicosocial para los ex combatientes y jóvenes y adultos que fueron secuestrados por el LRA y posteriormente lograron escapar", ha afirmado Sawyer.

En diciembre de 2010, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas mostró su "gran preocupación" por la situación de la seguridad en la RCA. El Consejo condenó "todos los ataques por parte de grupos armados locales y extranjeros que amenacen a la población, a la paz y a la estabilidad", y solicitó al Gobierno centroafricano que asegure unas elecciones "libres, justas, transparentes y creíbles".

Sin embargo, la seguridad ha mejorado en el noroeste, donde se está fomentando el diálogo político, pero en cualquier caso las tensiones persisten debido a la presencia de grupos armados. Los refugiados que huyeron del país hacia Chad y Camerún están lentamente retornando para reconstruir sus vidas.

GIRO POSITIVO

En cualquier caso, algunas organizaciones internacionales han alabado el proceso electoral. "Parece que está tomando una dirección aceptable pese a todos los desafíos logísticos", ha asegurado la representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el país, Aminata Gueye, según recoge la agencia de noticias de la ONU sobre asuntos humanitarios IRIN.

"La campaña está avanzando pacíficamente y nuestro análisis es que las elecciones van a tener lugar, incluso en el área del Alto Mbomou, pese a las amenazas del LRA", ha agregado.

"La mayor preocupación se centra en el área controlada por la Convención de Patriotas por la Justicia y la Paz (CPJP), donde la volatilidad de la seguridad afecta a la intervención humanitaria", ha puntualizado Gueye. "El repunte de la violencia puede afectar a nuestro acceso a los refugiados y a desplazamientos internos de la población como ocurrió en el eje Kabo-Sido (región centro-noreste)", ha indicado.

Los observadores han notificado que las zonas suroeste y este del país siguen amenazadas de actos persistentes de bandidaje y ataques de grupos armados extranjeros y otras facciones político-militares locales. "Hay una necesidad de que el Gobierno reforme su sector de seguridad y persiga la muy extendida impunidad", ha apostillado Sawyer.

Por último, han recalcado que los esfuerzos deben tener como objetivo arrestar a los líderes del LRA. Desde septiembre de 2008 el grupo armado ha asesinado a 2.385 civiles y ha alistado a 3.054 en República Democrática del Congo, RCA y Sur de Sudán, según los informes de HRW y Naciones Unidas.