RDC amenaza con abandonar el TPI y denuncia que el tribunal está bajo "presiones" de "ciertos gobiernos"

MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de República Democrática del Congo (RDC) ha amenazado con abandonar el Estatuto de Roma, el tratado fundacional del Tribunal Penal Internacional (TPI) argumentando que el organismo está bajo "presiones" por parte de "ciertos gobiernos".

"RDC, que en el pasado contribuyó significativamente a la elaboración del Estatuto de Roma, creando el TPI, y en la puesta en marcha del mismo, no excluye retirarse, en desesperación", ha manifestado el Ministerio de Exteriores congoleño.

Así, ha sostenido que "hay muchos indicios concordantes que indican que ciertos gobiernos ejercen presiones sobre jueces del TPI en asuntos de política interior, incluso en asuntos que están bajo consideración del organismo, en relación con la situación en RDC", al tiempo que ha indicado que esta situación "podría tener un impacto sobre el proceso electoral en marcha".

El Ministerio ha agregado en su comunicado que "la propensión a instrumentalizar esta jurisdicción internacional con fines inadecuados amenaza con socavar su credibilidad", según ha recogido la emisora local Radio Okapi.

El TPI ha juzgado a varios congoleños por su responsabilidad en crímenes de guerra, entre ellos el líder opositor Jean-Pierre Bemba, quien fue absuelto en mayo por el tribunal de los cargos de crímenes de guerra de los que se le acusaba.

Bemba, un antiguo líder rebelde y vicepresidente, abandonó RDC en 2007 y pasó los últimos 10 años en una prisión en La Haya. El opositor presentó su candidatura a las presidenciales que celebrarán en diciembre, si bien esta fue rechazada por las autoridades.

Alrededor de 40 millones de personas se encuentran inscritas para votar en las elecciones en el país, que no ha conocido hasta la fecha una transición pacífica de poder.

El presidente, Joseph Kabila, anunció recientemente que no presentará su candidatura a los comicios, tras el fin de su segundo y último mandato en diciembre de 2016.

Los constantes retrasos en la convocatoria de elecciones han sumido el país en el caos y en la violencia política, que se ha cobrado las vidas de decenas de personas y causado que partes del país hayan acabado en manos de insurgentes que han amenazado con seguir la lucha hasta que el presidente, quien lleva en el cargo desde 2001, abandone el poder.