BAMAKO, 17 Mar. (Reuters/EP) -
Los rebeldes tuaregs del norte de Malí han acordado este martes participar en otra ronda de conversaciones con el Gobierno, después de que la coalición rebelde se negase a firmar un acuerdo preliminar propuesta por la ONU.
Los rebeldes y líderes de las comunidades del norte anunciaron el lunes que el acuerdo propuesto, que ya había sido firmado por el Gobierno en Bamako, no iba lo suficientemente lejos en sus demandas de autonomía.
"Nosotros estamos de acuerdo en que debe existir una reunión con los mediadores y con el Gobierno de Malí", ha confirmado desde Kidal un portavoz del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), Musa Ag Acharatumane. Sin embargo, ha añadido que el rechazo a la propuesta se debe a que "no incluía las aspiraciones legítimas del pueblo del Azawad".
Mediadores y diplomáticos de Naciones Unidas, Unión Africana, Francia, China, Rusia y Argelia se han reunido con los rebeldes en Kidal, su bastión del norte, para intentar salvar el proceso de paz. El acuerdo propuesto tiene como objetivo poner fin a décadas de insurgencia de los rebeldes tuaregs.
SANCIONES
Cientos de personas han salido a las calles en Kidal este martes con pancartas en las que se leía "No firmaremos", además de banderas de la región que denominan Azawad, han señalado los testigos.
"Esta es su decisión", ha dicho el alto representante de la Unión Africana en Malí y la región del Sahel, Pierre Buyoya a la Radio de Francia Internacional. "Nuestra misión es instarles a tomar la decisión correcta, que no es otra que firmar", ha añadido.
Un diplomático francés ha advertido de que los rebeldes deben tener en cuenta sanciones como las prohibiciones en viajes que enfrentarían si finalmente se niegan a firmar el acuerdo. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ya anunció en febrero que se tomarán medidas contra aquellos que "reanuden las hostilidades y no respeten el alto el fuego". Sin embargo, otro diplomático en África Occidental ha manifestado que en este escenario tan complejo "es poco probable que las sanciones sean una amenaza de peso".