BRUSELAS 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
El rey Alberto II de Bélgica ha aceptado este miércoles la dimisión del mediador que designó hace 99 días para desbloquear las negociaciones con las que formar un Gobierno de coalición tras las elecciones del pasado mes de junio, según ha informado la Casa real en un comunicado, que anuncia nuevas "consultas" del monarca a partir del jueves para estudiar soluciones.
El ex ministro socialista Johan Vande Lanotte acudió esta tarde ante el rey para presentar su dimisión, por segunda vez este mes, debido a la falta de avances en las conversaciones y después de que más de 30.000 belgas se manifestaran este fin de semana en Bruselas para criticar la pasividad de su clase política.
"El conciliador ha pedido al rey que le descargue de su misión. El rey ha aceptado", según un breve comunicado emitido por la Casa Real. La nota informa de que el monarca retomará desde este jueves nuevas "consultas", sin precisar de qué tipo ni con quién.
Vande Lanotte ha acudido a la residencia de Alberto II, el Palacio de Laeken, a las afueras de Bruselas, en la tarde del miércoles con la misión de entregar un informe "intermedio" de los contactos mantenidos con los partidos francófonos, el martes, y con los flamencos, este mismo miércoles durante más de cinco horas. Tras una hora y cuarto de reunión el mediador ha presentado su dimisión.
Las exigencias de dos de los partidos flamencos, los nacionalistas del N-VA que se impusieron en las elecciones y los democratacristianos (CD&V) del aún primer ministro Yves Leterme, para una mayor transferencia de competencias a las regiones bloquean las negociaciones. La propuesta de la N-VA se centra en mayores competencias en el área de empleo hacia las regiones, mientras que el CD&V reclama más poder para las regiones en cuestiones sanitaras, en los dos casos, los grupos valones consideran las demandas "inaceptables".
El pasado día 11 el rey ya rechazó el primer intento de su mediador para tirar la toalla y le pidió continuar los esfuerzos, esta vez de la mano de los líderes de las dos formaciones más votadas en junio, Bart de Wever, líder del N-VA, y el presidente de los socialistas valones, Elio di Rupo, para tratar de superar las diferencias entre los partidos francófonos y los flamencos que deben acordar las bases de una profunda reforma de Estado antes de formar el nuevo Ejecutivo.
PAÍS SIN GOBIERNO
Bélgica ha batido el récord de país europeo sin Gobierno con más de 220 días transcurridos desde las elecciones anticipadas que en el mes de junio dieron la victoria al partido nacionalista flamenco N-VA de Bart De Weber.
Desde entonces, el rey Alberto II ha nombrado sin éxito a distintos mediadores para tratar de acercar posturas entre los siete partidos políticos --flamencos y valones-- implicados en las negociaciones. El propio De Weber y el líder socialista francófono, Elio di Rupo, han asumido sin resultados esta misión y la incertidumbre política, además, está deteriorando la confianza de los mercados en Bélgica.
La profunda reforma sobre la ley de financiación y transferencia de competencias que reclaman sobre todo los partidos flamencos y la disputa por los derechos lingüísticos y electorales de Bruselas y su región periférica (Bruselas-Hal-Vilvorde) son los principales obstáculos para el acuerdo.
El resto de partidos implicados en las negociaciones, socialistas (PS), democristianos (cDH) y verdes (Écolo) de la región valona y los flamencos socialistas (SP.A) y verdes (Groen) sí aceptaron la primera propuesta de Vande Lanotte como base para volver a la mesa de negociaciones.