MOSCÚ, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Marina Rusia ha anunciado que no planea abandonar su base militar en la localidad portuaria siria de Tartus, según ha informado la agencia rusa RIA Novosti, que cita al almirante Viktor Chirkov, comandante en jefe de la Marina.
"Necesitamos esa base, está funcionando y seguirá funcionando durante un tiempo", ha dicho Chirkov, quien ha agregado que Rusia necesita la base de Tartus para abastecer a los barcos de la Marina en acciones de combate en el mar Mediterráneo, el golfo de Adén y el océano Índico.
Rusia ha tenido una base en el puerto sirio de Tartus desde la etapa de la Unión Soviética. A pesar de que no es una base militar de pleno derecho, Moscú tiene desplegados allí de forma permanente a alrededor de 50 soldados y un buque especial para tareas de reparación.
En las últimas semanas se han publicado informaciones contradictorias acerca de las actividades militares rusas en Tartus después de que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, asegurara que Moscú había entregado helicópteros de combate a las Fuerzas Armadas sirias, algo que posteriormente tuvo que retirar cuando se comprobó que eran aeronaves sirias que habían sido reparadas en Rusia.
Moscú ha dicho que esta provisión de helicópteros de combate no tiene relación con la violencia en Siria y que responde al cumplimiento de contratos firmados antes de que comenzarán las protestas en el país, hace más de un año, con el envío de armas defensivas que sólo se pueden utilizar para proteger al país de la agresión exterior.
Asimismo, han surgido varios informes en torno a la posible llegada de buques de la Flota del Mar Negro, estacionada en la localidad ucraniana de Sebastopol, a Tartus. Sin embargo, estas informaciones fueron posteriormente desmentidas, aunque sí se aseguró que las fuerzas de esta flota estaban preparadas para desplazarse a la zona en caso de que fuera necesario.
Rusia ha utilizado su veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para evitar la condena de la ONU a la represión ejercida por el régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, y la posibilidad de una intervención extranjera en el conflicto, argumentando que no corresponde a los extranjeros decidir los asuntos políticos de los estados soberanos.