PARÍS 29 Abr. (Reuters/EP) -
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha acusado a los socialistas de usar como distracción de la carrera presidencial un informe en el que se detalla cómo el fallecido autócrata libio Muamar Gadafi intentó financiar su campaña electoral en 2007.
La "prueba documental", que data de 2006, ha sido provista por "antiguos altos cargos del régimen, ahora escondidos", según explica el diario digital Mediapart, y confirma que Gadafi estuvo dispuesto a financiar la campaña electoral para la Presidencia de Francia. Guardado en "los archivos del servicio secreto libio", el documento está firmado por el exjefe de la Inteligencia libia y exministro de Asuntos Exteriores, Musa Kusa.
De hecho, es Kusa quien certifica "un principio de acuerdo para apoyar la campaña del candidato a las elecciones presidenciales Nicolás Sarkozy con una suma equivalente a los 50 millones de euros".
Sarkozy ha desmentido categóricamente haber recibido dinero del fallecido lider libio y ha asegurado que esta "treta" terminará resultando contraproducente para su rival socialista en la segunda vuelta de la semana próxima, François Hollande. "Está claro que se trata de un intento que rebotará sobre los socialistas", indicó Sarkozy en declaraciones a la edición dominical del 'Le Parisien'.
Sarkozy insistió horas después en una entrevista concedida a Canal+, en la que tachó el documento de "invención" y "una desgracia". "'Mediapart' son unos mentirosos habituales, son una oficina al servicio de la izquierda", estimó.
"¿Creen en serio que si Gadafi escondiera algo sobre mí, habríamos intentado derrocarle?", declaró Sarkozy, quien se declaró a sí mismo, "quizás, como el líder" de la coalición internacional abanderada por Francia para derrocar al autócrata libio.
De igual modo, el primer ministro galo, François Fillon, estimó que el documento de Mediapart es "falso, o al menos imposible de verificar, y procede de una dictadura que Francia ayudó a derrocar". Fillon también calificó el documento de "calumnia y absurdez", por considerar ridículo que se hablen de cifras de 50 millones de euros cuando la campaña, según las cuentas divulgadas públicamente, costó 20 millones.