La ONG Freedom Fund advierte de esclavitud infantil endémica entre los niños refugiados en Líbano
LONDRES, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Entre un 60 y un 70 por ciento de los menores sirios refugiados asentados en Líbano trabajan en condiciones de esclavitud en labores que comportan además un grave riesgo para su seguridad física, según ha denunciado el grupo de expertos de Freedom Fund.
En torno a un millón de sirios viven ahora refugiados en Líbano, donde forman una cuarta parte de la población total del país. Muchos de ellos no tienen derecho a trabajar y sus familias se ven obligadas a encontrar otras vías para pagar por alimentos, refugio y cuidados médicos.
Algunos empresarios libaneses prefieren contratar niños: cuestan menos y no se quejan. Ello no significa que los adultos no estén a salvo de trabajos forzados y prácticas de explotación sexual. Son prácticas ilegales que se están extendiendo y afectan a todos por igual.
Según el informe de la ONG, publicado esta semana, "el trabajo forzado es cada vez más común conforme los refugiados se desesperan cada vez más". "Ahora mismo", apunta el documento, "el esclavismo se ha extendido tanto que constituye la norma".
EXPLOTACIÓN ENDÉMICA
El consejero delegado de Freedom Fund, Nick Grono, pide "una acción inmediata" porque "la situación corre el riesgo de empeorar para miles de niños que se encuentran en riesgo de explotación extrema, principalmente en el valle del Bekaa.
Además, la organización advierte de un número creciente de matrimonios infantiles en la región, donde las comunidades de refugiados son incapaces de mantenerse por ellas mismas sin recurrir a esta clase de casamientos.
Los adultos son incapaces de encontrar un trabajo legal por las restricciones que impone el Gobierno libanés, por lo que son los padres quienes a veces envían a sus hijos a trabajar por ellos a cambio de un sueldo ínfimo, pero imprescindible.
"A estas alturas no hay quien pueda decir '...Pero es que no lo sabíamos'. Estamos hablando de una explotación endémica y pido al Gobierno libanés y a la comunidad internacional que acepten lo escrito en el informe", concluye Grono.