Skateistan
Foto: PAULA BRONSTEIN
Actualizado: sábado, 19 septiembre 2015 14:56

La ONG trata de formar a los afganos del mañana mediante el monopatín y la enseñanza de otras materias y valores

   MADRID, 19 Sep. (EDIZIONES) -

   "Skateistan es una organización sin ánimo de lucro que usa el skateboard como herramienta para el empoderamiento". Esta es la presentación que hace de sí misma la ONG fundada por el australiano Oliver Percovich en 2009 y que ha aprovechado que el monopatín no es algo prohibido o mal visto en Afganistán tanto para niños como para niñas para acercarles a la educación.

   Según explica en su página web, trabajan con afganos de entre 5 y 25 años, el 40 por ciento de los cuales son chicas. El 60 por ciento de ellos proceden de los estratos con menos recursos de la sociedad. Para esta organización, "jugar es un derecho de todos los niños" y el 'skateboard' constituye un buen modo de hacerlo, además de abrir la vía a otras cosas, como puede ser la educación.

   A través de sus tres programas lo que busca es "empoderar a niños de todos los estratos y mantenerlos implicados a largo plazo" puesto que a medida que "los estudiantes crecen pueden convertirse en líderes juveniles y enseñar a otros como voluntarios o personal".

¿POR QUÉ EL 'SKATEBOARD'?

   Cuando Percovich llegó a Kabul en 2007 con su monopatín, "tanto niños como niñas querían probarlo", contaba en una reciente entrevista en la revista 'Marie Claire'. "Pensé que el 'skateboard' podría ser un gran gancho para implicarles y darles oportunidades educativas de alta calidad", explicó.

   Para el fundador de Skateistan, el 'skateboard' "es la actividad más divertida del mundo" y dado que "ni siquiera existía en Afganistán, no había ninguna norma o costumbre social que dijera que las niñas no podían hacerlo". "Había un agujero, porque a las niñas no se les permitía montar en bici, volar cometas o jugar al fútbol porque eran consideradas "actividades de chicos'", subrayó.

   "Así que el 'skateboard' era ideal para implicar a las chicas ya que era divertido, no tenía ningún tabú cultural y creaba una comunidad especial", resumió.

SHOGOFA, DE VENDER EN LA CALLE A INSTRUCTORA

   Shogofa es a sus 14 años una de las mejores instructoras de la ONG, además de por sus cualidades sobre el monopatín por su paciencia y pasión en enseñar. Cuando comenzó a recibir clases en 2010 se dedicaba a vender chicles en las calles de Kabul pero ahora cobra por lo que hace y se ha convertido en un ejemplo para los demás, subrayan en Skateistan.

   "Tras unirme a Patina y Crea, comencé a ser voluntaria unos días a la semana, pero todavía me enfrentaba a las reticencias de mi familia, hasta que finalmente un día me convertí en instructora y Skateistan me dio un salario para mí", recuerda.

   "No puedo describir la felicidad de ese momento: además de encontrar dinero, estaba recibiendo el respeto de mis estudiantes y compañeros. Esta vida es tan diferente a la que tenía antes, cuando trabajaba en las calles. He mejorado de forma gradual y día a día mi vida a cambiado", reconoce.

PROGRAMAS DE APRENDIZAJE

   En el plano educativo, además de enseñar a niños y niñas a montar en un monopatín, los alumnos emplean artes plásticas y los multimedia para explorar la geografía, las culturas del mundo, la historia, los Derechos Humanos, el medioambiente, higiene, cómo contar cuentos y otras cosas.

   "Las lecciones se centran en dar a los jóvenes herramientas para expresarse, pensar de forma crítica y resolver problemas en sus comunidades local y global", explica Skateistan. Asimismo, las clases también permiten forjar lazos de amistad entre niños de distintos niveles educativos y económicos y "superar profundas barreras sociales".

   Asimismo, la ONG cuenta con un programa de aprendizaje acelerado para la "vuelta a la escuela" de aquellos que tuvieron que abandonarla. Durante los cuatro meses de curso cada semestre, experimentados profesores preparan a los estudiantes para los exámenes oficiales y, al término de dos o tres de estos cursos, Skateistan matricula a los niños en una escuela gubernamental, normalmente en tercer o cuarto grado. Asimismo, se hace un seguimiento de estos niños por si necesitan ayuda una vez entran en el sistema escolar.

   Pero sin duda, una de las cosas de las que están más orgullosos es de su trabajo para "crear líderes que cambien el mundo". Así, decenas de los niños y niñas que han pasado por sus instalaciones desde que la ONG fue creada "se han convertido en voluntarios o personal de la organización y ahora desempeñan un papel activo en desarrollar los programas para otros como ellos".

   "La iniciativa de liderazgo juvenil ayuda a los jóvenes excepcionales a alcanzar su potencial para convertirse en modelos positivos para cientos de estudiantes y para iniciar una proyectos positivos para sus comunidades por su cuenta", destacan.

Más noticias

Leer más acerca de: