Sobreviviendo juntos: los otros niños del ébola en Sierra Leona

Cuidadora se despide de niños que no tienen ébola
Foto: NESBITT/UNICEF
    
Actualizado: sábado, 7 marzo 2015 10:57

FREETOWN, 7 Mar. (Por Marge Francia, especialista en Comunicación de UNICEF) -

   Pintorescas montañas y campos de un verde exuberante rodean el Centro de Atención y Observación Interina (OICC, por sus siglas en inglés) en el que James Kamara y sus seis hermanos pasan el día 18 de su cuarentena. Una suave brisa fluye a través del edificio amarillo, provocando la risa de los niños.

   James Kamara, de 13 años, perdió a familiares por el ébola y actualmente está en cuarentena en un OICC apoyado por el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF). Los OICC son centros que atienden a 'niños contacto' que no presentan síntomas y que no tienen a nadie que les atienda.

   Estos niños están bajo supervisión por haber estado potencialmente en contacto con el ébola. Aquí, pasan su cuarentena jugando con los cuidadores, que interactúan con los niños sin particiones o los trajes de protección. ¿El motivo? Los doce miembros del personal que están aquí son ellos mismos supervivientes de ébola.

   James perdió a su padre, su tío y tres hermanos por el ébola. Las cicatrices emocionales están frescas. "El ébola ha afectado las vidas de los niños en mi comunidad, especialmente en mi hogar", reconoce James. "Hemos perdido a nuestros familiares y no podíamos jugar libremente más. Nos sentíamos discriminados porque otras personas no nos permitían acercarnos a ellos. Incluso se negaban a ayudarnos a traer agua", añade.

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Foto: Nesbitt / UNICEF

   Para ayudar a cuidar niños como James, el Ministerio de Bienestar Social, Asuntos de Género e Infancia de Sierra Leona, con apoyo de UNICEF, han establecido los OICC. El objetivo de estos centros es prestar atención y protección a los niños que han estado en contacto estrecho con un progenitor, cuidador o familiar contagiado con ébola, que no muestran síntomas y que no tienen a ningún otro miembro familiar disponible para cuidar de ellos.

   Los OICC cuidan a entre 20 y 25 niños. Los menores se quedan durante un periodo de vigilancia de 21 días. Son controlados para que cualquier signo de ébola pueda ser detectado de forma temprana y, en caso de que aparezcan síntomas, puedan ser remitidos inmediatamente para recibir atención adecuada.

   Los equipos también buscan a parientes lejanos o identifican a un cuidador con el que el niño pueda ser instalado al final del periodo de cuarentena. Si no se encuentra una solución, entonces los Centros de Atención Interina (ICC) pueden ser un lugar seguro para los niños a la espera de una solución a largo plazo.

PRESERVACIÓN DE LA FAMILIA

   El OICC está guiado por el principio de que la preservación de la familia y la reintegración debe ser la primera prioridad en todo momento. Si no es posible, entonces el cuidado por amistad o el cuidado por acogida pueden ser opciones.

   "Nos cuidan bien en el centro", asegura James. "Nuestros cuidadores nos alimentan bien y hablan con nosotros cuando nos sentimos tristes", explica.

   Actualmente hay catorce OICC operativos, que cubren doce distritos, con una capacidad total de 275 camas. Desde el inicio de la emergencia, 407 niños han sido atendidos por centros de este tipo respaldados por UNICEF.

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Foto: Naftalin / UNICEF

   "Los 'niños contacto' necesitan una atención especial y apoyo durante el periodo de cuarentena", subraya el jefe de Protección del Niño de UNICEF, Matthew Dalling. "¿Te imaginas que eres un niño cuyos seres queridos han muerto, eres discriminado y vives con miedo a enfermar o morir?", pregunta.

   "Los OICC ayudan a evitar riesgos de contagio innecesarios a tiempo que promueven un entorno seguro y protector, minimizando los riesgos de abuso, reduciendo el trauma y promoviendo la adaptación entre los niños afectados por el ébola", añade. "Los niños expuestos suelen acompañar a sus cuidadores sintomáticos al tratamiento, poniéndose en un alto riesgo de contraer el ébola. Los OICC han acabado con este riesgo innecesario", subraya.

   Todos los miembros del personal del OICC son supervivientes con una misión de ayudar a contener el ébola y proteger el futuro de los niños de Sierra Leona. El ébola se desarrolla más rápido y con un peor resultado en los niños, especialmente entre los menores de 5 años, que no son capaces de comunicar sus síntomas. La mayoría de los OICC está situados en las proximidades de un Centro de Tratamiento contra el Ébola o Centros de Acogida para facilitar el rápido traslado de los niños que muestran síntomas.

UNA 'FAMILIA' DE SUPERVIVIENTES

   Alfred Pujeh dirige el OICC en el que James y sus hermanos han residido estas tres semanas. Él perdió a once familiares y es también un superviviente de ébola, así que tiene una considerable empatía con los niños bajo su cuidado.

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Foto: Bindra / UNICEF

   Alfred respondió al llamamiento a los supervivientes para que participaran en la erradicación del ébola. Considera que su trabajo y el trabajo de otros supervivientes que actúan como enfermeros, cuidadores, cocineros, limpiadores y personal de seguridad es importante para ayudar a contener el virus.

   "Si no fuera por este centro, perderíamos a más niños por el ébola", subraya. "Una vez tuvimos a cuatro niños de una misma familia. Dos de ellos dieron positivo. Inmediatamente les aislamos y así los otros dos no se contagiaron", resalta.

   Kadie Panda, una de las cuidadoras del OICC, abraza a su pupila más joven, Hannah Kamara, de 5 años. Dado que el personal son supervivientes de ébola, pueden interactuar con los niños sin el equipo de protección personal.

   Kadie perdió a nueve familiares por la enfermedad. Ella misma contrajo el ébola cuando cuidaba a su madre enferma, que finalmente falleció. Kadie cuida a los niños en el centro del mismo modo amoroso con el cuida a los suyos.

   Cada mañana, revisa a todos los niños en busca de síntomas de ébola y alerta al enfermero si alguno de ellos está enfermo. Les baña y alimenta, y observa su interacción con otros niños para ver si necesitan consuelo y atención.

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Foto: Bindra / UNICEF

   "Cuando veo a niños que están tristes, les digo: no os permitáis deprimiros y enfermar. Nosotros hemos experimentado esta misma situación y sobrevivimos. Cuidaremos de vosotros y defenderemos que se atiendan vuestras necesidades", relata Kadie.

HORA DE VOLVER A CASA

   En tres días, James y sus hermanos y hermanas serán llevados de vuelta a su localidad. James está emocionado con volver a casa y dice que echa de menos a su familia, y que echa de menos ayudar en la granja. Dice que tiene grandes sueño para su futuro, y por ello también está deseando volver a la escuela.

   "Quiero volver a la escuela porque la educación es importante y podría ayudarte a alcanzar tus sueños", afirma. Y ¿cuáles son sus sueños? "Quiero convertirme en presidente de Sierra Leona. Si me convierto en presidente, gobernaré el país bien, daré educación a todos los niños y cuidaré de los niños sin padres", asegura.