MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una mujer sueca ha sido acusada de abusar de dos menores procedentes de Afganistán en el centro de refugiados que gestionaba, en Södermanland, ubicado al oeste de Estocolmo. Según el diario 'Eskilstuna Kuriren', ambos fueron grabados mientras la mujer les obligaba a mantener relaciones sexuales con ella.
Los menores, identificados como Omid y Tariq, han explicado al mencionado diario que trató de obligarles a beber alcohol antes de mantener relaciones. "No me gusta beber, pero intentó obligarnos", asegura uno de ellos, en una entrevista publicada por el diario, tratando de ocultar sus voces y sus rostros para dificultar su identificación.
Ambos habrían sido forzados sexualmente entre cuatro y cinco veces e incluso en una ocasión, la mujer habría obligado a los dos a mantener relaciones con ella de forma simultánea. Uno de ellos, Tariq, lo habría grabado en una ocasión, imágenes a las que el 'Eskilstuna Kurire' ha accedido.
Omid y Tariq han explicado que tuvieron que grabar las relaciones porque ella les había dicho que "cuando la echaran de menos podrían ver" las imágenes. "Nos obligó y nos utilizó sexualmente. Ella sabía que ni los servicios sociales ni la Policía nos iban a ayudar", añade uno de los dos.
El diario los define como "extremadamente avergonzados" al contar lo sucedido, dado que proceden de un país donde mantener relaciones sexuales extramatrimoniales es motivo de pena de muerte. "Si lo supieran en nuestra Afganistán natal, nos lapidarían", aseguran.
Ambos aseguran que a pesar de haber intentado hablar con los servicios sociales, nadie les escuchó. Después de intentar, a través de un intérprete, hacerles entender lo que había ocurrido sin recibir respuesta, finalmente acudieron al diario para contar su historia.
INVESTIGACIÓN EN CURSO
La Policía ha confirmado al diario que se ha abierto una investigación. Sin embargo, la propia gestora del centro, cuya identidad se ha mantenido oculta hasta el momento, niega estas acusaciones. "Son inventos. Eso nunca ha ocurrido", sostiene. "Hay mucha difamación en este negocio", añade.
Los menores la acusan, además, de amenazarlos con deportarlos si se negaban a mantener relaciones sexuales con ella.
Según el diario, el local que gestionaba esta mujer carecía de permiso para operar como centro de acogida. Según una investigación, la compañía utilizaba diferentes nombres para el mismo centro para cumplir con las exigencias locales.