Refugio improvisado tras el terremoto en Chamanga (Ecuador)
SAVE THE CHILDREN
 
Actualizado: sábado, 14 mayo 2016 8:40

MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -

   Más de 30.000 personas que perdieron sus casas en el terremoto del pasado 16 de abril en Ecuador continúan en centros y campamentos de acogida provisionales un mes después del seísmo, que también ha dejado graves daños en el tejido social y económico.

   El terremoto inicial, de magnitud 7,8 en la escala de Richter, causó 660 muertos, pero alrededor de 350.000 personas se vieron afectadas. Casi un mes después de este seísmo, que derivó en casi 800 réplicas, alrededor de 32.000 ecuatorianos continúan en los centros improvisados que se habilitaron para acoger a quienes lo habían perdido todo.

   La vida poco a poco ha comenzado a recuperar el pulso perdido, con las tiendas y los mercados reabriendo sus puertas para que la población pueda reabastecerse. Muchos de los vecinos, sin embargo, apenas cuentan con poder adquisitivo, si bien el precio de la cesta de la compra parece no haber subido significativamente.

   Acción Contra el Hambre (ACH) ha puesto de manifiesto en un comunicado los graves daños en industrias clave como la turística o la camaronera, de las que dependen cientos de hogares. Muchas familias llegadas de otras zonas de Ecuador para recoger el camarón han optado por regresar a sus países de origen.

   "Para la población más vulnerable, las principales fuentes de ingresos son el trabajo en las plantas empacadoras y procesadoras de camarón", ha advertido desde Esmeraldas el coordinador de seguridad alimentaria de ACH, Maximiliano Verdinelli. Las familias de jornaleros pasarán entre tres y cuatro meses paradas a la espera de poder volver a recoger, ha añadido.

   Los equipos de la ONG han observado que los afectados han recurrido a otros medios de "supervivencia" para tratar de superar las actuales dificultades y, de esta forma, han abierto pequeños negocios o comenzado a recoger chatarra para revenderla. También recogen y venden los camarones procedentes de piscinas dañadas.

   Verdinelli ha subrayado que "es prioritario poner en marcha un plan de acción destinado a la recuperación temprana que permita estabilizar a miles de familias que súbitamente perdieron sus fuentes de ingresos". En este sentido, ha llamado a observar de cerca las medidas adoptadas para "fortalecer el capital humano, financiero y físico" a medio plazo.

   El capital humano tiene precisamente uno de sus principales activos en los niños, damnificados inmediatos y puede que futuros del terremoto más grave que ha sufrido Ecuador en décadas. Según la ONG Save the Children, 560 colegios tienen daños o han quedado destruidos, lo que perjudica el acceso a la educación de 170.000 menores.

Save the Children   

Save the Children trabaja en la protección de los niños a través de los Espacios Seguros para la Infancia y ayuda en la reconstrucción de las escuelas o el apoyo a profesores. En zonas como Muisne, los niños que continúan en refugios han podido volver a clase en aulas prefabricadas.

ATENCIÓN MÉDICA Y PSICOLÓGICA

   El terremoto dejó miles de heridos, tanto físicos como psicológicos. Estos últimos, heridos invisibles, han recibido la ayuda de los equipos sanitarios locales, de las propias comunidades y de las ONG desplegadas sobre el terreno. Médicos del Mundo ha enviado a la provincia de Manabí, una de las más afectadas, un equipo psicosocial.

   Muchos de los damnificados directos por el desastre presentan síntomas de estrés postraumático y precisan de "descarga emocional", para que puedan superar un momento en el que llegan a culparse de no haber hecho más para ayudar a familiares o vecinos atrapados entre los escombros.

   La coordinadora del equipo, Betty Roca, ha explicado que "las primeras ayudas tras un incidente crítico se dan siempre desde la propia comunidad". Médicos del Mundo aspira ahora a dar "un respiro emocional" a estas personas que brindaron apoyo en los primeros momentos porque, como ha recordado, "es importante que quien se cuida se cuide también".

   Acción Contra el Hambre ha advertido de que, en general, "existen muchas brechas que necesitan ser cubiertas", ya que no sólo basta con cubrir las necesidades de refugio, agua, saneamiento o alimentos. "Debemos permanecer muy atentos a cómo evolucionan los mecanismos de afrontamiento puestos en marcha por la población afectada para apoyar con acciones de recuperación y protección social", ha apuntado Verdinelli.

   El Gobierno de Ecuador y Naciones Unidas han solicitado 72,7 millones de dólares para responder a las necesidades de 350.000 personas durante los próximos tres meses. Sin embargo, según la responsable geográfica ACH para América Latina, Benedetta Lettera, "la implicación de la comunidad internacional en términos de financiación no está siendo todo lo firme que se necesita".

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