DUBAI 16 Ago. (Reuters/EP) -
El presidente del Centro por los Derechos Humanos de Bahréin (BCHR), Nabil Rajab, ha sido condenado este jueves a tres años de cárcel por haber participado en protestas contra el Gobierno bahreiní, según ha informado su abogado Mohamed al Jishi.
En anteriores ocasiones, el tribunal ha anunciado que retrasa la fecha de su decisión, por lo que el BCHR ha expresado sus reservas respecto a la posibilidad de que en esta ocasión vaya a cumplir con la fecha indicada. Rajab está preso en la prisión Central de Jaw y su familia ha denunciado las malas condiciones de encarcelamiento.
Rajab ha sido llamado a declarar por la fiscalía en reiteradas ocasiones en los últimos meses y permaneció detenido entre el 5 y el 28 de mayo y de nuevo a partir del 6 de junio a causa de unas afirmaciones que hizo a través de su cuenta de Twitter en las que pidió la dimisión del primer ministro, Jalifa bin Salman Al Jalifa. Actualmente, cumplía una pena de tres meses de cárcel por las críticas en la red social.
El mensaje, publicado tras la visita del primer ministro a la localidad de Muharraq, pedía su dimisión y decía que "todo el mundo sabe que no eres popular, y que si no fuera por su necesidad de dinero, (los residentes de Muharraq) no te hubieran dado la bienvenida".
Este jueves, el tribunal le ha condenado por haber participado hasta en tres ocasiones en manifestaciones antigubernamentales. Al Jishi ha explicado que Rajab ha sido condenado a un año de cárcel por cada manifestación en al que ha participado, hasta las tres en las que se ha demostrado que participó.
"Es una condena muy dura e inesperada. Estoy sorprendido. Son manifestantes pacíficos, no violentos", ha indicado. El abogado ha explicado que otras personas acusadas de los mismos cargos han sido condenadas a una pena máxima de seis meses de cárcel.
En febrero de 2011 comenzaron una serie de protestas contra el Gobierno bahreiní y la familia real de los Al Jalifa. Tras una dura represión y la aprobación del estado de emergencia, que se mantuvo desde marzo hasta junio, las concentraciones se redujeron. Pero en los últimos meses se han sucedido casi a diario mientras el Gobierno ha prometido aprobar una serie de reformas.