MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declinado nuevamente usar el término 'genocidio' en su mensaje en memoria de "una de las peores atrocidades del siglo XX", en referencia a las matanzas de armenios durante el Imperio Otomano.
En su comunicado, el mandatario estadounidense, ha hablado de 'Meds Yeghern' (Gran Calamidad) --con el que los armenios se refieren al genocidio que sufrieron en 1915 a manos del Imperio Otomano--, ha recordado que "un millón y medio de armenios fueron deportados, masacrados o marcharon hacia su muerte en los últimos años del Imperio Otomano".
"Recordamos los eventos horribles de 1915 y lloramos por las vidas perdidas y los muchos que sufrieron", ha dicho, antes de destacar que "aprovecha este momento para reconocer el valor de aquellas personas que buscaron poner fin a la violencia y a los que contribuyeron a ayudar a los supervivientes y reconstruir las comunidades".
Entre ellos ha destacado la figura del que era entonces embajador estadounidense en el Imperio Otomano, Henry Morgenthau, quien recogió en un libro las masacres de miembros de la comunidad armenia, en lo que ha sido considerado como una de las principales pruebas de primera mano de lo ocurrido.
"Destacamos con profundo respeto la resiliencia del pueblo armenio, muchos de cuyos integrantes construyeron nuevas vidas en Estados Unidos y han hecho incontables contribuciones a nuestro país", ha manifestado.
"Al tiempo que honramos la memoria de los que sufrieron, reflexionamos sobre nuestro compromiso para garantizar que atrocidades como esta no se repiten", ha sostenido, antes de "destacar la importancia de reconocer los elementos dolorosos del pasado como un paso necesario para crear un futuro más tolerante".
Por ello, Trump ha expresado su apoyo "al pueblo armenio en todo el mundo a la hora de honrar la memoria de aquellos que no están y comprometerse con trabajar juntos para construir un futuro mejor".
Durante la jornada, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha hablado este martes de la "responsabilidad ética" del país en torno al sufrimiento de los armenios durante los "eventos de 1915", evitando nuevamente hablar de genocidio durante los actos de conmemoración del 103º aniversario del mismo.
En su comunicado, leído durante un acto en una ceremonia celebrada en Estambul, el mandatario turco ha afirmado que "es una responsabilidad ética compartir el dolor histórico de los ciudadanos armenios".
"Seguiremos compartiendo su dolor e intentaremos resolver sus problemas en el futuro", ha dicho, antes de expresar las "condolencias de la nación turca por la pérdida de vida de millones de ciudadanos otomanos a causa de las guerras, las migraciones, los conflictos y las enfermedades durante ese periodo".
Asimismo, ha pedido a la comunidad armenia que "no permita a aquellos que intentan incitar al odio y la hostilidad que distorsionen el pasado común", según ha informado el diario turco 'Hurriyet'.
Turquía no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieran, pero no admite que se tratase de un genocidio, y arguye que las muertes no fueron resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, es generalmente reconocido como el primer genocidio sistemático de la Edad Moderna y es el segundo caso más estudiado, por detrás del Holocausto judío.
En 2009 ambas partes firmaron acuerdos para establecer relaciones diplomáticas y abrir sus fronteras terrestres, en un intento de dejar atrás las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, en la que población armenia fue masacrada en masa por otomanos.
Sin embargo, el entonces presidente Serzh Sargsyan anunció en febrero de 2015 que su país se retiraba del acuerdo de paz con Turquía aprobado por el Parlamento y que suponía un histórico adelanto para acabar con las hostilidades entre ambos países vecinos.
Posteriormente, afirmó que Armenia estaba dispuesto a retomar sus relaciones con Turquía, si bien recalcó que "el reconocimiento del genocidio por parte de Ankara es el camino más corto para lograrlo".