MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
La visita de la canciller alemana, Angela Merkel, a Washington para reunirse con el presidente norteamericano, Donald Trump, no ha servido para acabar con las diferencias estructurales que existen entre los dos líderes, que no obstante han mostrado cercanía independientemente de las tensiones.
"Necesitamos crear una relación recíproca, que no tenemos aún. Estamos trabajando en ello y queremos que sea más justa y la canciller también lo quiere", ha declarado Trump en la rueda de prensa conjunta que ha dado junto a la mandataria alemana.
El presidente norteamericano ha emplazado que además de querer formar una relación recíproca con Alemania y otras potencias europeas, quiere que tanto Berlín como el resto de aliados de la OTAN aporten más financiación a la alianza atlántica.
Después de que la última reunión entre Merkel y Trump en Washington elevase las alarmas el hecho de que los dos líderes no se estrechasen la mano, el presidente norteamericano ha querido demostrar que la relación entre Estados Unidos y Alemania es más que cordial, dando la mano a Merkel no una vez, sino dos, y felicitándola públicamente por su reciente victoria electoral.
"Tenemos una relación muy buena y en realidad siempre la hemos tenido, pero algunas personas no lo entendieron", ha asegurado el mandatario estadounidense, al tiempo que ha calificado a Merkel de ser una "mujer extraordinaria".
Por otro lado, en relación a las intenciones de Trump de imponer tarifas a la importación de acero que tendrán un enorme impacto en las exportaciones europeas, Merkel ha asegurado que la decisión es del presidente estadounidense y que la situación está en sus manos, ya que es él quien tiene que decidir si establecer exenciones o no a la Unión Europea.
"Es el presidente el que va a decidir. Eso está muy claro", ha asegurado Merkel en la rueda de prensa. "Hemos tenido un intercambio de opiniones y ahora la decisión es del presidente", ha añadido.
La canciller alemana también ha explicado que cree en la posibilidad de negociar un acuerdo multilateral entre la UE y Estados Unidos, ya que la Organización Mundial del Comercio ha sido incapaz de desarrollar tratados de comercio a nivel multilateral.
Al contrario que su homólogo francés, Merkel ha optado por no establecer una relación personal con el presidente de Estados Unidos, por lo que el tono de su visita, de apenas un día y mucho más concisa, ha contrastado de sobremanera con la del presidente francés, Emmanuel Macron.
No obstante, la canciller alemana está decidida a lograr más avances políticos que Macron, que después de tres días en Washington, reconoció que era más que probable que Trump se saliera del acuerdo nuclear con Irán.
El acuerdo multilateral pactado con Irán, bajo el cual el país se compromete a limitar su desarrollo nuclear a cambio del levantamiento de una serie de sanciones económicas, junto a las nuevas tarifas impuestas sobre el acero europeo y el gasto militar de Alemania son algunas de las principales disyuntivas a las que se enfrenta Berlín con Washington.