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MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Túnez celebra este martes el tercer aniversario de la salida del poder del expresidente Zine el Abidine ben Alí, quien abandonó el país tras varias semanas de manifestaciones en su contra, unas protestas que provocarían un efecto dominó en la región y desembocarían en la llamada 'Primavera Árabe'.
La jornada estará plagada de eventos y manifestaciones, como la convocada durante la jornada en la avenida Bourguiba de Túnez, centro de algunas de las protestas más importantes registradas en el país en enero de 2011.
El partido islamista Ennahda, vencedor de las primeras elecciones celebradas tras la caída de Ben Alí, ha emitido un comunicado para solicitar a "todos los tunecinos" que celebren el aniversario de la revolución y ha indicado que participará en la manifestación convocada en Túnez.
Por su parte, la formación opositora Nidaa Tounes celebrará un encuentro en la avenida Mohamed V, desde donde iniciarán una marcha hacia la torre del reloj a través de la plaza 14 de Enero y la avenida Bourguiba.
Asimismo, el sindicato Unión General de los Trabajadores de Túnez (UGTT) ha solicitado a sus miembros que se reúnan en la plaza Mohamed Hami de la capital, tal y como ha recogido el portal de noticias Tunisia Live.
Al margen de las manifestaciones y marchas convocadas por las diferentes formaciones, el Gobierno ha organizado un 'Concierto por la revolución' en el teatro municipal, en el que actuará la Orquesta Sinfónica nacional.
Además, varias organizaciones han convocado protestas contra el actual Gobierno y para criticar algunos aspectos de la vida política y social tras la revolución. Entre los convocantes están la Liga Tunecina en Defensa de los Derechos Humanos, Abogados Sin Fronteras y la Asociación de Mártires.
En la protestas, convocada bajo el lema 'Contra el olvido', los familiares de los muertos y heridos durante la revolución encenderán velas frente al teatro municipal y marcharán hacia la avenida Bourguiba con una pancarta en la que se podrá leer: 'No hay libertad en un país en el que los criminales están libres'.
Túnez se encuentra en estos momentos en medio de un proceso de diálogo nacional para intentar superar la crisis política originada por el asesinato de dos importantes líderes izquierdistas y lo que los partidos opositores laicos han considerado como una política partidista por parte de Ennahda, al que acusan de haber olvidado los objetivos de la revolución.
La semana pasada, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) nombró un consejo electoral que supervisará las elecciones previstas para este año, un paso fundamental en la 'hoja de ruta' acordada en el marco del diálogo nacional.
El acuerdo, negociado por las fuerzas políticas tunecinas bajo el auspicio de la UGTT, incluye la dimisión del actual Gobierno cuando se cumplan tres condiciones: nombramiento de un gobierno tecnócrata, conclusión de la nueva constitución del país y convocatoria de elecciones en una fecha concreta.
Apenas un día después del anuncio de la ANC, el hasta entonces primer ministro Alí Laarayedh presentó su dimisión, tal y como estaba previsto, tras lo que el presidente interino, Mocef Marzuki, pidió a Mehdi Jomaa --elegido por consenso-- que formara un nuevo Gobierno.
El nuevo Gobierno de Túnez tendrá que hacer frente a reformas económicas para reducir su déficit mientras logra capear el descontento popular por el elevado costo de vida y la falta de oportunidades económicas desde la revolución.