El viernes se reunirán Juncker, Tusk y Schulz y el martes habrá un Consejo europeo al que irá Cameron
BRUSELAS, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea, sus instituciones, aguardan con inquietud y prudencia el resultado del referéndum con el que los británicos decidirán este jueves si quieren seguir siendo parte del club comunitario o iniciar el proceso de divorcio.
Bruselas ha optado hasta ahora por un perfil bajo durante la campaña por miedo a que, como ocurrió con el referéndum griego o el holandés, su toma de partido se volviera en contra de los intereses de la Unión Europea.
"La Comisión Europea no participa en la campaña sobre el referéndum, porque es algo que le concierne al pueblo británico, y sólo a él, sin interferencias del exterior", ha argumentado un portavoz comunitario, al ser cuestionado por la decisión del jefe del Ejecutivo, Jean-Claude Juncker, de no conceder entrevistas a medios británicos durante este periodo.
Todo lo lejos que ha ido Juncker en sus declaraciones ha sido insistir en que la UE quiere que Reino Unido siga siendo parte de ella y que los británicos deben de tener claro que "no habrá ningún tipo de renegociación". "Fuera es fuera", ha zanjado en una comparecencia la víspera del voto.
El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, por su parte, ha sido más dramático en sus mensajes de las últimas semanas, advirtiendo de los riesgos económicos y geopolíticos del 'Brexit'. "Los enemigos internos y externos de la UE abrirán sus botellas de champán", dijo esta semana, sobre las consecuencias de un voto negativo.
A primera hora del viernes, cuando ya sea oficial el resultado de la consulta, Juncker recibirá en su despacho al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y al del Consejo europeo, Donald Tusk, además de al primer ministro holandés y presidente de turno de la UE, Mark Rutte.
El objetivo es intentar ofrecer una respuesta a un proceso en el que todos son "primerizos" y cuyos pasos a seguir son una incógnita, según admiten diversas fuentes consultadas, aunque no se ha confirmado por el momento que comparezcan ante los medios al término del encuentro.
Tampoco está previsto que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, se sume al encuentro, pero sí que mantenga "contactos telefónicos" con diversos líderes.
"El BCE está preparado para todas las eventualidades tras el referéndum", dijo Draghi esta semana ante la Eurocámara, en donde aseguró que se tomarán las medidas necesarias para estabilizar el mercado con liquidez y reveló que ha habido "consultas" entre bancos centrales y el Fondo Monetario Internacional.
NO HAY 'PLAN B'
Desde las instituciones, sin embargo, niegan que estos meses se haya trabajado en diseñar un 'plan B' para soportar la salida de Reino Unido y subrayan que no sería un paso automático, sino que necesitaría "años" de negociación.
En opinión de un alto funcionario de un Estado miembro, hubiera sido un "error" estudiar a 28 medidas de contingencia, porque hubiera dado pábulo a que existen posibilidades reales de que Reino Unido deje de ser un socio comunitario.
El viernes, además de la reunión de los jefes de las tres instituciones pilares de la UE, habrá una reunión de los jefes de los grupos políticos en el Parlamento Europeo. También se verán los ministros de Asuntos Generales de la UE en Luxemburgo, en donde es probable que se aborde la cuestión.
NEGOCIACIÓN
El Tratado de la Unión Europea prevé en su artículo 50 la posibilidad de que un Estado miembro que no quiera seguir siéndolo pueda negociar su salida, sin embargo lo hace de manera que deja abiertas muchas incógnitas sobre cuál debe ser la modalidad y el calendario de salida.
Las partes cuentan con un plazo de hasta dos años (prorrogables si así lo considera el Consejo) para negociar los términos del divorcio, aunque llevarlo a la práctica y el desarrollo de la legislación que reemplace en Reino Unido las normas comunitarias puede llevar años, más de una década para los más pesimistas.
También deberán resolver, por ejemplo, cuál será el futuro de los funcionarios británicos con puestos en las instituciones europeas o el papel de los 73 eurodiputados que obtuvo el país para esta legislatura.
En cualquier caso, el tiempo empezará a correr a partir de que el primer ministro británico, David Cameron, notifique formalmente el resultado del referéndum y la decisión de su Gobierno de salir --o quedarse-- en la UE.
Y tampoco está claro si ese momento se producirá el mismo viernes o esperará al Consejo europeo que reuniría a los líderes de la UE el 28 y 29 en Bruselas.
Si gana la continuidad en la Unión Europea, los 28 iniciarán los trabajos para negociar la legislación secundaria para poner en marcha el acuerdo que negociaron el pasado febrero, y que permitirá a Londres discriminar a los inmigrantes europeos, negándoles determinadas ayudas sociales en sus primeros años de trabajo en Reino Unido.
Si por el contrario gana el 'Brexit', los jefes de Estado y de Gobierno deberán discutir en su cumbre de la semana próxima el camino a seguir: entre los partidarios de evitar toda "zona gris" y facilitar cuanto antes la salida británica o quienes piden mano dura para evitar que refuerce a otros movimientos euroescépticos en otras partes de Europa.