BRUSELAS, 30 Oct. (EUROPA PRESS) - La Unión Europea y Canadá han firmado este domingo el acuerdo de libre comercio bilateral (CETA, por sus siglas en inglés), en una cumbre este domingo en Bruselas, celebrada con días de retraso por el bloqueo de la región belga de Valonia, que ha exigido salvaguardas adicionales para levantar su veto. A la firma han asistido, en representación de la Unión Europea, el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk; el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker; y el primer ministro de Eslovaquia y presidente de turno de la UE, Robert Fico; mientras que Canadá ha estado representado por su primer ministro, Justin Trudeau. Entre bromas y en un ambiente distendido, después de las últimas semanas de tensión por la negativa valona a dar luz verde, los cuatro líderes han posado con un ejemplar del tratado comercial, que cuenta con más de 1.500 páginas. Aunque las negociaciones del CETA se dieron por cerradas en 2014, han sido necesarios dos años más para pactar una declaración "aclaratoria" adjunta al tratado en la que se atienden las preocupaciones de los Estados miembros. En los últimos días, también se ha tenido que incluir una declaración para resolver el bloqueo belga, que contempla salvaguardas para acudir al Tribunal de Justicia de la UE si consideran que los controvertidos tribunales de arbitraje entre empresas y países contravienen las normas comunitarias. También prevé una cláusula de salvaguarda para proteger la producción agrícola belga. No obstante, el documento de aclaraciones conseguido por Valonia no modifica el texto del acuerdo comercial en sí, ni la declaración conjunta que la UE y Canadá elaboraron para matizar algunas disposiciones que preocupaban a algunos Estados miembros, principalmente sobre la protección de servicios públicos. The famous #CETA Treaty pic.twitter.com/1cSXNJ23N6 Pese a todo, la firma de este domingo no supondrá el fin del camino para la entrada en vigor del CETA. Primero se aplicará de manera provisional una parte sustancial del mismo, la de competencia comercial exclusiva de la UE, pero a partir del visto bueno del Parlamento Europeo, que se espera en diciembre. Después, el acuerdo de libre comercio deberá pasar también por el proceso de ratificaciones nacionales en los parlamentos de los Estados miembros, antes de que sea posible su aplicación plena, lo que incluirá los polémicos tribunales de arbitraje.