LONDRES 23 May. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de las autoridades británicas ha reconocido que se produjeron ciertas "omisiones" en el deber de las fuerzas de seguridad de proteger la vida de la activista y abogada católica Rosemary Nelson, asesinada en un atentado terrorista en 1999 perpetrado por un grupo unionista.
"Lamento profundamente que las omisiones del Estado pusieran a Rosemary Nelson en un peligro mayor y la hicieran más vulnerable", ha afirmado el secretario para Irlanda del Norte del Gobierno británico, Owen Paterson, en una comparecencia ante la Cámara de los Comunes para presentar los resultados de la investigación.
Según el informe, elaborado bajo la dirección del ex juez del Tribunal Supremo Michael Moreland, la Oficina para Irlanda del Norte y el Cuerpo de Policía Real de Ulster "fallaron a la hora de adoptar las medidas razonables y proporcionadas para salvaguardar su vida".
La investigación incluyó entrevistas a 350 testigos y analizó miles de documentos. El resultado son más de 700 páginas que serán publicadas próximamente.
Nelson falleció por la detonación de una bomba colocada bajo su coche en Lurgan, Irlanda del Norte, en marzo de 1999. La abogada se convirtió en objeto de la ira de los unionistas porque ejerció como defensora de Colin Duffy, condenado por el asesinato de dos policías norirlandeses.
También trabajó en la denuncia de la comunidad católica de la calle Garvaghy de Belfast, que pedía que se prohibieran las marchas orangistas.
Antes de su asesinato Nelson denunció haber recibido amenazas de muertes, incluidas algunas procedentes de agentes del Cuerpo de Policía Real de Ulster.