MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha confirmado este jueves haber recibido una petición para que se investiguen los crímenes presuntamente cometidos por el 'señor de la guerra' y líder de Hezb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar.
El jefe de la UNAMA, Tadamichi Yamamoto, ha resaltado que "los ciudadanos afganos y otros que han sido víctimas de atrocidades no deben quedarse sin su derecho a la justicia", cerca de dos semanas después de reunirse con Hekmatyar en la capital del país, Kabul.
"Naciones Unidas continuará apoyando a los afganos en sus intentos de buscar la paz, la justicia y la seguridad", ha dicho en su comunicado, resaltando que la UNAMA ha aplaudido los acuerdos que "contribuyan a una reducción de la violencia", en referencia al logrado en 2016 entre Hekmatyar y el Gobierno afgano.
En este sentido, la misión ha indicado que "la ONU recalca que la atención a los Derechos Humanos es de una importancia fundamental", agregando que "la promoción y la protección de los mismos es un componente clave en una paz genuina y duradera".
La UNAMA ha subrayado que "la justicia transicional y la reconciliación son fundamentales", añadiendo que "aplaude" los esfuerzos del Gobierno para contactar con "todos aquellos interesados en lograr una paz igualitaria y renunciar a la violencia".
Durante su encuentro del 16 de mayo con Hekmatyar, Yamamoto aplaudió la aplicación del acuerdo de paz, que ha permitido a Hekmatyar volver a Afganistán, destacando el compromiso del 'señor de la guerra' y su partido con el proceso político.
Asimismo, expresó su respaldo a la "reintegración pacífica" de los miembros de Hezb-e-Islami en la sociedad, agregando que "el respeto por los Derechos Humanos, incluidos los derechos de la mujer y la libertad de expresión, serán esenciales para mejorar la estabilidad en el país".
Hekmatyar regresó recientemente a Afganistán, donde ha realizado algunas comparecencias públicas --las primeras en 20 años-- para reclamar a los talibán que entreguen las armas y se unan al proceso de paz.
Hekmatyar, una de las figuras 'muyahidin' de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los ochenta, fue uno de los señores de la guerra que se vieron involucrados en una cruenta guerra civil tras la salida de las tropas soviéticas del país, que se saldó con cientos de miles de muertos, la mayoría de ellos civiles.
Durante dicho conflicto, los milicianos de Hekmatyar fueron responsables de gran parte de la destrucción de Kabul debido a sus continuos bombardeos contra la capital, que provocaron miles de víctimas civiles.
Posteriormente, accedió al cargo de primer ministro entre 1993 y 1994 --y de nuevo por un breve periodo de tiempo en 1996--, antes de que los talibán se hicieran con el control de la capital, provocando su huida a Irán, donde permaneció durante seis años en medio de la desconfianza por parte de Teherán.
Finalmente, fue expulsado del país en 2002 en medio de presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos y el recientemente establecido Ejecutivo afgano de Hamid Karzai tras la invasión estadounidense del país para expulsar a los talibán del poder.
Ese mismo año, emitió un comunicado para llamar a la 'yihad' contra Estados Unidos por su presencia en Afganistán, tras lo que fue declarado en 2003 como un "terrorista global" por el Departamento del Tesoro estadounidense.
Tras varios años en la clandestinidad y continuas amenazas contra Estados Unidos e Irán por supuesto respaldo a Washington durante la guerra contra el Gobierno talibán en 2001, Hezb-e-Islami resurgió con fuerza en 2008 con una serie de atentados contra las fuerzas de seguridad y las tropas de la coalición.
El pasado 29 de septiembre, Hekmatyar y el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, sellaron un acuerdo de paz, tras meses de negociaciones. Tras ello, el Gobierno reclamó a Naciones Unidas que levantara las sanciones impuestas al líder de Hezb-e-Islami.