Actualizado: jueves, 12 enero 2012 14:37

BEIRUT 12 Ene. (Reuters/EP) -

Varios observadores de la Liga Árabe se han marchado de Siria o lo van a hacer dentro de poco porque la misión de la que forman parte no ha logrado poner fin a la represión que está ejerciendo el presidente, Bashar al Assad, contra la revuelta antigubernamental, según ha afirmado este jueves un antiguo miembro de la delegación.

Anwar Malek, un argelino que dejó la misión esta semana, ha asegurado que muchos de sus antiguos compañeros sienten la misma desilusión que él. "No puedo dar una cifra, pero son muchos. Al hablar con ellos se nota claramente su enfado", ha declarado por teléfono a la agencia Reuters.

Sin embargo, muchos no pueden irse de Siria porque si lo hicieran estarían desobedeciendo a sus respectivos gobiernos. Malek ha precisado que un marroquí experto en Derecho, un trabajador humanitario de Yibuti y un egipcio han abandonado la misión.

Otro observador, que no ha querido hacer pública su identidad, ha dicho que pretende marcharse de Siria este viernes. "La misión no está al servicio de los ciudadanos, no está al servicio de nada", ha concluido.

Malek ha explicado desde Qatar que decidió marcharse cuando se dio cuenta de que la misión de observación "había alcanzado un callejón sin salida" y tuvo la seguridad de que estaba "sirviendo al régimen sirio". "Nos estaba utilizando para hacer propaganda", ha añadido.

Durante el tiempo que pasó en la ciudad de Homs, una de las más castigadas por la violencia, las fuerzas de seguridad siguieron atacando a la población. "Les estábamos dando cobertura para llevar a cabo las acciones más repugnantes, peores que las que estaban realizando antes de la llegada de los observadores", ha señalado.

Varios grupos opositores sirios han denunciado que lo único que han hecho los observadores, que llegaron al país el pasado 26 de diciembre para comprobar si el régimen está aplicando el plan de paz de la Liga Árabe, es conceder más tiempo a Al Assad para aplastar las protestas que comenzaron el pasado marzo.

Más de 5.000 personas han muerto a causa de la violencia desde marzo, según la ONU. El Gobierno asegura que lucha contra "grupos terroristas armados" que han matado a más de 2.000 policías y soldados.

DIVISIÓN EN LA LIGA ÁRABE

La Liga Árabe, que recibirá un informe de los observadores el próximo 19 de enero, está dividida respecto a Siria. Qatar es el país más crítico, mientras que Argelia ha defendido las medidas tomadas por Damasco.

La delegación está encabezada por el general sudanés Mustafa al Dabi, criticado por organizaciones de Derechos Humanos por su implicación en el conflicto de Darfur (oeste de Sudán). A causa del ataque en el que unos partidarios de Al Assad hirieron a once observadores en la ciudad de Latakia el lunes pasado, se ha decidido no ampliar de momento el grupo, compuesto actualmente por unos 165 miembros.

El primer ministro qatarí, Hamad bin Jassim al Thani, que dirige el comité de la Liga Árabe sobre Siria, admitió este miércoles que cada vez hay más dudas respecto a la eficacia de los observadores. "Sinceramente, hasta ahora no he visto una misión exitosa. Esperamos resolverlo en la casa de los árabes, como decimos nosotros, pero ahora mismo el Gobierno sirio no nos está ayudando", afirmó.

Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores argelino, Mourad Medelci, ha destacado que el Gobierno sirio ha tomado algunas medidas para poner fin a la crisis, por ejemplo al retirar el armamento pesado de las ciudades, liberar a varios miles de presos y adoptando una actitud más abierta hacia los medios de comunicación.

Aunque ha reconocido que de esa manera el Gobierno sirio no ha cumplido del todo el plan de paz de la Liga Árabe, ha advertido de que lo que realmente podría generar más violencia es el hecho de que la oposición haya tomado las armas. "El Gobierno de Siria está esforzándose más, pero a la Liga Árabe le preocupa en particular la oposición armada", ha explicado.

ATAQUE CONTRA EL PERIODISTA FRANCÉS FALLECIDO

Por otro lado, Wissam Tarif, de la organización activista internacional Avaaz, ha sugerido que el ataque en el que murió el periodista francés Gilles Jacquier fue obra de las fuerzas gubernamentales sirias. Jacquier es una de las nueve personas que fallecieron este miércoles en la ciudad de Homs como consecuencia de lo que la agencia de noticias oficial siria, SANA, ha descrito como un ataque con mortero perpetrado por "terroristas".

El reportero formaba parte de un grupo de periodistas escoltados por el Gobierno sirio que estaban visitando un barrio donde viven principalmente simpatizantes de Al Assad. "Los periodistas fueron atacados en un barrio con una gran presencia de militares. A cualquier grupo opositor armado le resultaría extremadamente difícil entrar en esa zona y llevar a cabo un ataque como ése", ha indicado.

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