MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los gobiernos de Venezuela y Guyana han acordado reunirse nuevamente para abordar sus diferencias en torno a su disputa fronteriza, después de unos encuentros celebrados en Nueva York entre el 28 y el 29 de octubre.
En las reuniones, mediadas por el representante especial de la Secretaría General de la ONU, Dag Nylander, los ministros de Exteriores de ambos países y sus delegaciones "intercambiaron puntos de vista sobre temas relacionados con la controversia con el fin de explorar opciones para un acuerdo completo para su solución", según el organismo internacional.
La ONU ha indicado que las partes "reafirmaron además su compromiso con el proceso de Buenos Oficios y reiteraron que sus gobiernos seguirán participando activamente con el representante personal".
"Las partes acordaron reunirse nuevamente para seguir conversando bajo este marco y explorar opciones para la resolución de la controversia fronteriza", ha zanjado, sin desvelar una posible fecha para el próximo encuentro.
La ONU mantiene desde 1990 un proceso de mediación del que está encargado desde febrero de este año Nylander, que ya ejerció de enviado especial para el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El actual formato estará en vigor hasta finales de 2017. Si para entonces no hay perspectivas de cerrar "un acuerdo pleno para la solución de la controversia", el secretario general de la ONU, António Guterres, ha abogado por llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
La disputa tiene como principal escenario el Esequibo, un territorio de 159.542 kilómetros que posee importantes recursos naturales --petroleros, gasísticos, mineros, hidráulicos y forestales-- y un gran potencial turístico.
La región está administrada por Guyana pero es reclamada como propia por Venezuela basándose en el Acuerdo de Ginebra de 1966, en el que Reino Unido reconoce que es un territorio en disputa y fija una 'hoja de ruta' para llegar a un acuerdo.
La actual frontera está fijada por el laudo arbitral de 1899, que favorece la soberanía de Guyana, pero cuya validez ha sido cuestionada porque las negociaciones internas, que se hicieron públicas años después, revelan vicios del consentimiento.