Yemeníes con garrafas de agua en Saná
REUTERS / MOHAMED AL-SAYAGH
Actualizado: domingo, 25 marzo 2018 10:25

Tres años de guerra dejan a 8,6 millones de personas al borde de la hambruna y un sistema de salud incapaz de cubrir las necesidades

La falta de acceso humanitario lastra la ayuda que requieren más de 22 millones de yemeníes

MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -

Tres años de guerra civil han convertido a Yemen en la mayor crisis humanitaria actual, si bien la situación previa del país, uno de los más pobres del mundo, ha tenido también algo que ver. Pese a ello, el conflicto y las graves necesidades humanitarias a las que se enfrentan los yemeníes no parecen de estar en el radar ni de los medios de comunicación ni de la comunidad internacional, como denuncian repetidamente las ONG.

Las cifras en Yemen son abrumadoras. En un país de unos 27 millones de habitantes la ONU estima que unos 22,2 millones de personas necesitan algún tipo de ayuda o protección, incluidos 11,3 millones para los que la necesidad de ayuda es vital. Además, hay 8,4 millones de personas en grave situación alimentaria y al borde de la hambruna, un 24 por ciento más que en abril de 2017.

Pese a estos datos, la ayuda no fluye hacia el país. En buena medida, el bloqueo impuesto por la coalición militar que lidera Arabia Saudí y que apoya al Gobierno yemení limita la entrada de comida, medicinas y otros bienes básicos al país, pero la falta de fondos es otro problema real. Para 2018 se han solicitado casi 3.000 millones de dólares pero por ahora solo se han recibido el 5 por ciento de estos fondos.

"Estamos todos frustrados", reconoce el director de la oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Adén, Carlos Batallas, denunciando que aunque los medios no hablen de Yemen a diario, la gente sigue muriendo por el conflicto. "La situación de violencia sigue igual, todos los días hay gente que muere en ataques en Adén, el hospital que tenemos en la ciudad recibe heridos de guerra y los hospitales en el resto del país igual", explica a Europa Press en una entrevista telefónica.

No obstante, subraya, "la ayuda humanitaria no puede solucionar el problema que hay aquí y la parte política, que son los únicos que podrían ayudar, no se mueve". "Se necesita una solución política y no humanitaria", recalca, pero por el momento "no es un conflicto que sea muy visible".

"HAY DEMASIADOS NIÑOS HAMBRIENTOS"

Las perspectivas para 2018 no son nada halagüeñas. Según las previsiones, existe un riesgo real de que se declare la hambruna. Sin embargo, se llegue o no a este punto, denuncia el jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el país, Joao Martins, "demasiados niños yemeníes están hambrientos y están sufriendo directamente el impacto de la guerra".

"Con la escalada del conflicto, y la consiguiente falta de acceso a alimentos, la inseguridad alimentaria también ha aumentado", explica, indicando que los equipos de MSF han constatado en sus zonas de actuación "crecientes tasas de desnutrición por encima del nivel considerado de emergencia".

Otra de las consecuencias del conflicto que enfrenta al Gobierno yemení reconocido internacionalmente con los rebeldes huthis, respaldados por Irán, y del que se han aprovechado organizaciones terroristas como Al Qaeda, ha sido el colapso del sistema de salud del país. "Los civiles, el personal médico y las instalaciones sanitarias han sido atacados de forma continuada", denuncia Martins, cuya organización ha visto destruidas cuatro de las estructuras que apoyaba desde 2015.

"Pacientes y personal sanitario han sido asesinados dentro de instalaciones sanitarias. Médicos y enfermeros han sido disparados en su camino al trabajo, detenidos, acosados y amenazados", añade el responsable de MSF en una entrevista con Europa Press.

A esto se suma el que "miles de trabajadores sanitarios no han recibido sus salarios desde hace más de un año" pese a lo cual, algunos siguen trabajando, precisa Martins, advirtiendo de que "sin personal, las instalaciones sanitarias han cerrado y la atención que se sigue ofreciendo es de baja calidad".

ATENCIÓN SANITARIA PRIORITARIA

Por ello, según explica Batallas, para el CICR la atención en materia de salud es prioritaria y están llevando a cabo actividades que no suelen realizar en otros países, como apoyar a hospitales y centros de salud, entre otras cosas ofreciendo "incentivos" a su personal para que puedan seguir trabajando, además de suministrar material médico para diálisis o ampollas de insulina.

La situación es tal, ilustra el responsable del CICR, que hoy por hoy "un cáncer es una sentencia de muerte" ya que no es posible recibir quimioterapia o radioterapia y la falta de medicinas hace que "si tienes un infarto lo más seguro es que te mueras".

En estas circunstancias, subraya a su vez el responsable de MSF, "las necesidades son masivas y crecientes, no solo para los heridos de guerra, sino también para las poblaciones más vulnerables" como los niños menores de 5 años, las embarazados, los enfermos crónicos o los dos millones de desplazados que se estima que hay en el país.

Yemen vivió en 2017 el mayor brote de cólera hasta la fecha y aunque los casos han remitido, "esperamos que con la estación de lluvias los casos vuelvan a aumentar y muchas más personas se vean afectadas", reconoce Martins. Lo único positivo, puntualiza Batallas, es que "ahora no nos pilla por sorpresa y estamos más preparados y tenemos más medios para la prevención".

FALTA DE AGUA

Uno de los factores que agravaron la epidemia de cólera en el país fue la falta de agua y el mal funcionamiento, cuando no total ausencia, de sistemas de agua y saneamiento y de recogida de basuras. Se calcula que más de 15 millones de yemeníes no tienen acceso a agua potable y el 90 por ciento de la población depende del agua que les llega en camiones cisterna. "Es un círculo vicioso", incide el responsable del CICR.

El bloqueo ha provocado una falta de combustible lo cual no solo impide la circulación de vehículos sino que "las bombas de agua y los sistemas de reciclaje no funcionan", igual que tampoco funcionan los generadores en los hospitales, con las consecuencias que ello conlleva.

Según un estudio de dos profesores de la Universidad de Wuhan (China) para la ONG CARE, las ciudades de Yemen han perdido más de la mitad de su electricidad con el conflicto y 12 de las 21 provincias del país han perdido más del 70 por ciento de la luz en comparación con antes del conflicto, llegando en algunos casos hasta el 95 por ciento.

"La guerra en Yemen literalmente ha apagado la luz a buena parte de la población. Esto demuestra lo dañada que ha resultado la infraestructura y la economía y la lucha que es para los yemeníes el sobrevivir", resalta el director adjunto de CARE en Yemen, Jolien Veldwijk.

PROBLEMAS DE ACCESO HUMANITARIO

En su informe sobre crisis alimentarias publicado el jueves, las agencias de la ONU han advertido de que Yemen, que ya es el país más golpeado por el hambre con 17 millones de personas necesitadas de ayuda urgente, seguirá siéndolo e incluso podría empeorar debido entre otras cosas al acceso restringido para las organizaciones humanitarias.

"MSF y las demás organizaciones humanitarias nos enfretamos a varios obstáculos a la hora de trabajar en Yemen y la falta de acceso humanitario es el más alarmante", reconoce Martins. "Todas las partes en el conflicto deben respetar el espacio humanitario, permitir el acceso sin restricciones a los necesitados y poner fin a las demoras y obstrucciones a la provisión de ayuda", reclama.

"Hace falta más ayuda de forma desesperada en todo Yemen pero sin embargo hay una falta de organizaciones humanitarias trabajando directamente con las comunidades que tienen las mayores necesidades", reconoce el responsable de MSF.

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