Un buceador canario descubre restos arqueológicos posiblemente mayas en una expedición en México

La Expedición Xibalbá Descubre Más De 16 Esqueletos Y Decenas De Objetos En Méxi
CHANO MONTELONGO
Actualizado: lunes, 29 marzo 2010 18:19

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 29 Mar. (EUROPA PRESS) -

El buceador canario Chano Montelongo ha encabezado una expedición que ha encontrado restos previsiblemente mayas en un viaje en México, concretamente gracias a la prospección de un cenote sagrado de Homún localizado en plena selva yucateca, en la localidad mexicana de Mérida, donde encontraron más de 16 esqueletos completos y una decena de vasijas y objetos.

Montelongo aseguró en una entrevista a Canariasaldia.com recogida por Europa Press que 2sin las pruebas científicas pertinentes es prematuro fechar el hallazgo", pero explicó que "teniendo en cuenta otros yacimientos del entorno de Homún, los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México creen que puede tratarse de restos prehispánicos de la civilización maya, concretamente de restos óseos de víctimas de sacrificios humanos, muy habituales en Yucatán antes de que las tropas de Hernán Cortés llegarán a estas tierras".

El canario comentó en el caso de la Expedición Xibalbá, responsable de este hallazgo, le "gusta decir que el equipo, muy bien acompañado y asesorado por guías locales mexicanos, ha sido el primero en documentar unos restos arqueológicos mayas localizados en un cenote sagrado de Homún" y no como habitualmente ocurre que sea algo que ya la población local hubiera descubierto.

Según Montelongo, "es de suponer que [los restos] son de la última época en el que se produjeron los rituales sagrados, entre 800 y 500 años" de antigüedad. "Sin embargo, es casi seguro que excavaciones posteriores en este lugar encuentre restos que pueden tener una antigüedad de entre mil y dos mil años", con lo que considera que su expedición "sólo ha abierto la puerta a antropólogos, paleontólogos y arqueólogos", asegurando que "ahora empieza el trabajo de ellos" en cuanto a valorar la importancia del descubrimiento.

Los cenotes son pozos en los que acceder a ellos "fue la parte más difícil", aunque "con buena organización se solventó sin problemas", según el buceador. "El cenote tiene una boca de un metro y medio de ancho. Desde ahí, al agua hay entre 18 y 20 metros de caída libre. Utilizamos un sistema de cuerdas y poleas y a varios jóvenes indígenas mayas de la zona, para que nos descolgarán y nos sacaran del pozo", explicó.

La expedición duró unas dos semanas, con prospecciones en kankal y en otros cenotes de Homún que albergaban otros yacimientos arqueológicos conocidos, con un grupo de tres espeleobuceadores, un guía local y tres indígenas maya de apoyo. Montelongo confesó también que tiene varias expediciones en mente en Papúa y Madagascar pero prefirió no avanzar nada hasta que se materialicen.