El Museo de la Ciencia y el Cosmos estrena un sistema de recreación del Universo

SANTA CRUZ DE TENERIFE 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Planetario del Museo de la Ciencias y el Cosmos del Cabildo de Tenerife dispondrá, a partir de la próxima semana, de un revolucionario sistema digital de recreación del Universo, 'Digistar5', de la empresa norteamericana Evans & Suttherland, primer centro español que va a contar con esta tecnología, lo que lo coloca a la vanguardia de los planetarios.

Para hacer frente a esta innovación, las puertas del Planetario estarán cerradas hasta el próximo domingo para poder mejorar y actualizar sus sistemas, así como proceder a la instalación de dos nuevos proyectores de video envolvente que duplicarán la resolución de proyección de video en la cúpula.

La consejera insular de Museos, Amaya Conde, afirma en una nota que "es un orgullo saber que el Planetario es uno de los mejores del país, y que sigue estando a la cabeza en cuanto a tecnología y sistemas, el esfuerzo tiene recompensa y lo demuestran cada día los niños y mayores que lo visitan".

El Planetario del Museo de la Ciencia y el Cosmos es una de las mejores herramientas de divulgación científica para la astronomía, disciplina a la que el Museo se consagra por su estrecha relación con el Instituto de Astrofísica de Canarias y a la que dedica gran parte de su exposición.

De igual modo, se inauguró en 1993, con la apertura del Museo, y ha sido objeto, a lo largo de estos 22 años, de continuas mejoras y cambios en los sistemas de proyección, para mostrar a los visitantes una experiencia única a la vanguardia de los planetarios y museos de ciencia.

Desde los antiguos griegos ha habido mucho interés en representar la bóveda celeste en forma de esferas armilares y planisferios esféricos para poder predecir el movimiento del Sol, la Luna y los planetas.

Ya en 1919, Walther Bauersfeld, un constructor de la fábrica Carl Zeiss en Jena (Alemania) empezó a investigar en la idea de proyectar un cielo estrellado en el techo de una cúpula, y cuatro años después, en 1923, se realizó en la cúpula de la fábrica el primer espectáculo planetario del mundo.