En asambleas, los alumnos trasladan sus inquietudes y se encuentran soluciones a la hora de, por ejemplo, resolver problemas de patio
LOGROÑO, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
Padres, abuelos, universitarios... personas sensibles, y comprometidas, han formado un grupo de 125 voluntarios con los que el Colegio Público Caballero de La Rosa está logrando avanzar, en este curso lectivo 2012-2013, en la Comunidad de Aprendizaje.
Ofrecer la educación que cada niño necesita y dar un papel activo a todos los miembros de la comunidad educativa; son las premisas con las que el Colegio Público Caballero de La Rosa se ha zambullido en un cambio estructural.
En el marco de la celebración del Día de la Comunidad Educativa, dos padres del centro, José Ramón Palacios y Ana Bengoa, han relatado a Europa Press cómo las Comunidades de Aprendizaje hacen posible precisamente eso: que la educación sea en comunidad.
"Pensar solo en tu hijo es una visión miope de la realidad", señalaba Palacios, "porque de qué sirve que tu hijo tenga la mejor educación si va a vivir en una sociedad ignorante". Esta "mirada a largo plazo" es, precisamente, "lo que resuelve la Comunidad de Aprendizaje".
Cuando un padre se da cuenta de que "la educación del resto de niños influye en la felicidad de su hijo" es cuando cambia la mentalidad. Si a esto se le une que "padres, profesores y alumnos, y todos los integrantes de la comunidad, estén sentados en la misma mesa" surgen las Comunidades de Aprendizaje.
El dialogo se vuelve "igualitario y respetuoso", apunta Bengoa, y está basado "en la validez de argumentos". Y Palacios apostilla: "no se trata de la pedagogía de la felicidad", aunque ésta se consiga, "no se trata de decir: qué felices estamos así, porque el objetivo último es la educación", la adquisición de conocimientos.
En este sentido, Bengoa recuerda cómo una maestra, unos meses después de haber empezado el curso dentro de este proyecto de Comunidad de Aprendizaje, se sorprendía de haber alcanzado, en unos meses, el objetivo de nivel de lenguaje oral que antes costaba todo un curso.
La Comunidad de Aprendizaje permite "soñar con el colegio que cada uno queremos", indica Bengoa, incluso los niños. "Cuando un niño te dice que el colegio con el que sueña es aquel en el que todos los compañeros lleven almuerzo se produce un cambio dentro de ti", apunta.
"Cuando das la capacidad de decidir, se logra participación", destaca Palacios. Por eso, en el momento en el que padres y dirección del centro forman una "comisión paritaria" y los padres tienen "poder de decisión" crece su implicación.
Se da un "papel activo a todos los miembros" que, entonces, forman una verdadera comunidad educativa. Y entonces sí se participa. "No se trata de invitar a los padres a una charla, sino de darles poder de decisión".
TERTULIAS LITERARIAS O ASAMBLEAS
Estos son los principios que lo sustentan, pero la Comunidad de Aprendizaje es mucho más. Asambleas, tertulias literarias, grupos interactivos y bibliotecas tutorizadas trazan el día a día. En cuanto a la organización del centro, sin dejar de lado el Claustro o el Consejo Escolar, se rige, también, por comisiones mixtas con el mismo número de padres que de profesores.
Roberto Martínez, director del centro, explica cómo "el objetivo fundamental es mejorar el éxito para todos y la convivencia dentro del centro". También, abrirse "al entorno y que éste entre dentro".
Así, en los grupos interactivos, de matemáticas y lengua, se forman grupos de cinco alumnos, dentro de los 25 que componen el aula, y, con un voluntario como "dinamizador", se trabajan cuestiones como la lectura comprensiva.
Los grupos son heterogéneos; se forman con niños con avances diferentes. Así, los que están más adelantados ayudan al resto. Pero esto no significa que los primeros pierdan desarrollo docente, dado que "está demostrado que el alumno avanzado que ayuda a los demás afianza sus conocimientos".
En las tertulias literarias se fomenta la lectura a través del comentario de los libros; y en asambleas "los alumnos de cada clase hablan de los problemas que tienen con un moderador que, primero, empezó siendo un profesor pero que, cada vez más, está siendo un alumno".
Martínez explica que en Primaria no existen tutorías, pero, contando con el permiso de la Consejería de Educación, se crea esta asamblea, de una hora cada quince días. Y es que Educación ayuda en el desarrollo de este proyecto.
Una vez al mes se trasladan estas inquietudes a una reunión donde los propios alumnos buscan soluciones de forma "dialogada" y "respetando los turnos". En esta reunión, por ejemplo, se ha decidido cómo se reparte el patio para que todos los cursos tengan acceso al campo de fútbol; o han nacido las 'eco-patrullas' para que éste no quede sucio después del recreo (todo nacido de inquietudes de los alumnos).
El recreo también ha sido fruto de otra iniciativa: el 'recreo cooperativo' en el que siete voluntarios y dos profesores organizan actividades voluntarias alternativas al fútbol como zancos o platos chinos. Ya por las tardes, 34 universitarios voluntarios se encargan de las bibliotecas tutorizadas, que funcionan como clases de apoyo.
"Cuando la familia entra dentro de una clase cambia la perspectiva, ya ni padres ni profesores están a la defensiva, hay una mayor naturalidad", resume Martínez. Esto, junto a un "aprovechamiento del entorno" conforman las Comunidades de Aprendizaje".