No se unirá a una eventual huelga general a no ser que haya cosas "muy graves"
MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de CSI-CSIF, Domingo Fernández, se mostró hoy "dolido" con la actitud de CC.OO. y UGT en la huelga de ayer y aseguró que el sindicato no contará con ellos para las próximas actuaciones en defensa de los derechos de los empleados públicos, que se decidirán en una reunión que tendrá lugar el próximo martes.
En una rueda de prensa, Fernández explicó que el lunes, el día antes de la huelga y la manifestación, las secretarías de organización de CC.OO. y UGT comunicaron a CSI-CSIF que serían los órganos confederales los encargados de organizar la manifestación, que no tendrían turno de intervención en la lectura de los manifiestos y que sólo dos personas podrían formar parte de la cabecera.
Estas decisiones provocaron el malestar dentro del sindicato mayoritario de los empleados públicos, que pidió a CC.OO. y UGT que recapacitaran y que finalmente optó por evitar la confrontación el día antes de la huelga e ir a la manifestación con su propia pancarta.
Sin embargo, después de la manifestación, CSI-CSIF decidió romper el diálogo con CC.OO. y UGT al entender que hicieron de la manifestación de ayer en Madrid "un ensayo para una huelga general" y se desentendieron de los verdaderos intereses de los empleados públicos.
"Sentimos mucho que se haya roto la unidad de los sindicatos por la que luchamos desde el principio", señaló Fernández, tras lamentar y considerar "muy grave" lo que ocurrió ayer en la manifestación.
El presidente de CSI-CSIF explicó que ayer era el día de la defensa del empleado público y que, en todo caso, es hoy cuando comienza la defensa de todo el mundo del trabajo ante la previsible ruptura de las negociaciones para reformar el mercado de trabajo.
Fernández se refirió también a los incidentes que tuvieron lugar en la manifestación de Logroño, donde el presidente autonómico de CSIF, Jesús Vicente Hernández, resultó herido en una pelea entre los sindicalistas.
En este sentido, explicó que los representantes de CSI-CSIF en Logroño no aceptaron las instrucciones de CC.OO. y UGT y quisieron ponerse en la cabecera de la manifestación, lo que enfadó a los otros sindicalistas. A su parecer, esto ofreció una imagen "muy lamentable", así como los insultos que recibieron los miembros de CSI-CSIF de los sindicatos mayoritarios.
UN NO INICIAL A LA HUELGA GENERAL.
Fernández admitió que están "dolidos" porque las relaciones han sido buenas a lo largo de los años, aunque dejó claro que la ruptura de las relaciones afecta sólo a todo lo que tiene que ver con estas movilizaciones, ya que "no se pueden cerrar puertas indefinidamente".
Sobre la posibilidad de que se unan a una eventual convocatoria de huelga general por parte de CC.OO. y UGT, Fernández adelantó que CSI-CSIF no prevé unirse incialmente a un paro de este tipo que no es "oportuno" y porque paralizaría el país, aunque dijo que habrá que esperar al contenido de la reforma por si cuenta con "cosas muy graves". "Pueden ocurrir muchas cosas", subrayó.
En cuanto al desarrollo de la huelga de ayer y la participación de los empleados públicos en la misma, no quiso entrar en la guerra de cifras, aunque no consideró válidas las facilitadas por el Gobierno (participación cercana al 11%) ni por los sindicatos (75%), quienes quizá las ofrecieron con "demasiada precipitación".
PARTICIPACIÓN DEL 30%.
Calculó que la participación final pudo situarse alrededor del 30% y explicó que la incidencia no fue mayor porque el derecho a huelga es individual y cada uno tiene sus propios motivos. En este sentido, aseguró que muchos no quisieron renunciar al sueldo del martes teniendo en cuenta que ya se les ha reducido el salario y que otros no secundaron el paro por responsabilidad profesional.
Incluso llegó a admitir que pudo haber muchos empleados públicos que no respaldaran la huelga por el temor a que la protesta fuera utilizada por los otros sindicatos en el "pulso" que mantienen con el Gobierno para sacar adelante la reforma laboral.
En cualquier caso, tachó de "éxito" la convocatoria, porque desde el principio sabían que la incidencia no sería "muy grande" y porque nunca se han interesado por el porcentaje de participación, sino por dar cobertura legal a todos aquellos empleados que quisieran ir a la huelga.
ADVERTENCIAS AL GOBIERNO.
De la misma forma, celebró que se haya logrado poner en el centro del debate la defensa de lo público y que finalmente se haya reconocido, incluso por parte de algunos ministros, que hay otras parcelas de las administraciones públicas en las que se puede recortar, como los altos cargos, los asesores o los coches oficiales, entre otras cosas. "El debate está en la calle", añadió.
Finalmente, lanzó una advertencia al Gobierno al asegurar que, a pesar de la baja incidencia de la huelga, los empleados públicos están "muy indignados" con las últimas medidas anunciadas. "Que no piense el Gobierno que no es así por la baja participación porque se equivocaría mucho", aseveró.