MADRID 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Defensa comenzó ayer las obras para tapar la placa de mármol que homenajea al dictador Francisco Franco en la fachada del Cuartel General del Aire, en el distrito de Moncloa-Aravaca de la capital, cubriéndolo con un escudo constitucional con el objetivo de cumplir el mandato de la Ley de Memoria Histórica.
Según adelantó hoy la Cadena Ser y confirmó en declaraciones a Europa Press un portavoz del departamento que dirige Carme Chacón, las obras comenzaron ayer, tras la instalación del andamio durante el pasado mes de diciembre.
"Lo más complicado era colocar el andamio, porque la placa está muy alta, pero una vez terminada esa fase no se tardará mucho en concluir toda la obra", aseguraron las mismas fuentes. De hecho, los técnicos esperan haber concluido todo el proceso "en unos quince o veinte días".
En cualquier caso, la situación de la placa, en lo alto de la fachada del cuartel, ha hecho imposible retirarla, por lo que Defensa ha optado por colocar una lápida encima con el escudo constitucional.
Además, el epitafio 'Francisco Franco. Caudillo de España' será borrado, y sólo se respetará la fecha --en cifras romanas-- porque es la que señala el año de construcción del edificio.
Asimismo, el Ministerio ha ordenado la eliminación de dos 'vítores' franquistas --letras 'v' con las que se exaltaban las victorias fascistas-- que se encuentran en la fachada del cuartel.
Con esta intervención, el Ministerio de Defensa ha cumplido "el 99,5 por ciento de todas las actuaciones que tenía que hacer con respecto a la Ley de Memoria Histórica en toda España", superando el millar de retiradas de homenajes al dictador.
Ahora, quedan pendientes tan sólo las actuaciones en algunos Bienes de Interés Cultural (BIC), para las que la propia ley reconoce que "hay que consultar con el Ministerio de Cultura para que su grupo de expertos se pronuncie sobre el futuro de esos elementos".
Por otra parte, muy cercano al Cuartel General del Aire se encuentra el Arco de la Victoria, que recibe a los conductores que llegan a la capital por la carretera de La Coruña. Este monumento también es una exaltación a los triunfos militares de Franco, pero al ser propiedad del Ayuntamiento deberá ser éste el que decida su futuro.