MADRID 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, preguntó hoy qué "razones ocultas" pueden existir para que el equipo de Alberto Ruiz-Gallardón no expropie el histórico frontón Beti Jai,en pleno corazón de Chamberí, abandonado a su suerte desde hace años.
"Si no se recupera el Beti Jai tenemos que preguntarnos por qué Alberto Ruiz-Gallardón no cumple su compromiso, por qué no lo expropia, qué teme al expropiar el Beti Jai y que razones ocultas se dan para no hacerlo", manifestó el edil socialista durante una visita al equipamiento, acompañado por el portavoz socialista de Urbanismo, Daniel Viondi, arquitectos y el ex pelotari Eduardo Gras.
Lucas recordó que el Consistorio "se ha comprometido muchas veces a intentar recuperarlo, la ultima vez hace tres años, cuando se dijo que iba a ser expropiado por el Ayuntamiento ante la no actuación de la propiedad privada en su recuperación". "Eso se ha incumplido, el alcalde mintió y el Beti Jai se seguirá deteriorando cada día más si no recibe una atención inmediata y directa de la Administración pública porque corre el riesgo de que se derrumbe", subrayó el portavoz del PSOE.
El edil, que calificó el frontón de "referente deportivo, patrimonial e histórico de la ciudad", reclamó que se recupere para transformar en un equipamiento público para los vecinos de la capital, con independencia de que la Comunidad de Madrid termine el expediente de Bien de Interés Cultural.
Los socialistas llevarán la cuestión a la comisión de Urbanismo de la próxima semana y, en función de la respuesta, lo plantearán en el Pleno de marzo. Lo que demandan es que se recupere el frontón y que no pase lo que ocurrió como el de Recoletos, derribado en 1975 y transformado en hotel y, posteriormente, en bingo.
El Frontón Beti Jai (siempre fiesta, en euskera) se levantó en la última década del siglo XIX y en 1977 recibió la declaración de Monumento Nacional. Fue inaugurado el 29 de abril de 1894 y estuvo en funcionamiento hasta el año 1919. Con la Guerra Civil sus instalaciones fueron reconvertidas en comisaría y, durante los primeros años de la dictadura franquista, sirvió como lugar de ensayo de bandas musicales vinculadas a la Falange Española.
En 1997 fue comprado por 2,3 millones de euros por la sociedad vasca Frontón Jai Alai, que inicialmente pretendía su recuperación para uso deportivo. Posteriormente, la propiedad pasó a manos de la empresa Aguirene.