Se opone a la centralización y privatización de los laboratorios
MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
El nuevo hospital de Puerta de Hierro-Majadahonda tiene goteras, problemas en el mantenimiento de la piscina de rehabilitación, a la que se ha tenido que cambiar el agua tras llegar a oler, así como otras deficiencias en el funcionamiento del laboratorio, según afirmó hoy la presidenta de la asociación de profesionales de los laboratorios públicos (Aprolab), Ana Franco.
Durante la comisión de estudio de los diferentes modelos sanitarios, Franco afirmó que en el hospital en el que trabaja, el Puerta de Hierro-Majadahonda, "las reclamaciones son abrumadoras", y también destacó algunas deficiencias que presenta el centro.
"Vivo en un hospital con grandes dificultades en el trato con la concesionaria", comenzó Franco, quien dijo que tuvieron que levantar en 9 días el laboratorio de las nuevas instalaciones. "Claro, un desastre, al laboratorio central se le han dado cinco meses", señaló criticando la centralización de las pruebas de diagnóstico analítico de los nuevos hospitales y de los centros de sus áreas de referencia en un macro centro instalado en el Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, gestionado por una Unión Temporal de Empresas (UTE), y apoyado en otros cinco pequeños laboratorios en cada uno de los nuevos centros, en detrimento de los ya existentes y cien por cien públicos.
Ya centrándose en su centro de trabajo habitual, Franco indicó que en el laboratorio "el mobiliario no estaba contemplado", por lo que "hubo que sacarlo en el mismo concurso que los reactivos". No obstante, indicó que sólo estaban contempladas las mesas y no las sillas, y citó que tienen unas sillas prestadas del servicio de rehabilitación y las últimas que quedaban en el antiguo Puerta de Hierro.
"Fue bastante difícil conseguir que limpiaran", aseguró señalando que al abrir el centro pasaron una semana entre "montones de escombros". Asimismo, dijo que "el analizador de los inmunodepresores no funciona porque no tiene desagüe" y que "la piscina de rehabilitación fue mal construida".
"Hubo que arreglarla y no se podía porque la subcontrata que la había hecho había desaparecido, o eso nos dijeron", apostilló. "Ha sido complicado, pero es que además, el agua nadie sabe muy bien quien la tiene que mantener y ha empezado a oler y enfrente se tratan los transplantados pulmonares y desde que se pidió que se vaciara hasta que se ha vaciado han pasado más de quince días", señaló la doctora.
Asimismo, dijo que "los suelos resbalan y ha habido más de un accidente", y que "los zócalos a los tres meses de inaugurar se están cayendo". "Las puertas para un minusválido... no sé cómo se las apaña porque son difíciles para mí", añadió. Asimismo, afirmó que "llueve" en un quirófano y que "no es la única gotera", y reseñó que "la presión del agua de los laboratorios es insuficiente", y que los alargadores eléctricos los tiene que comprar ellos. "Es tremendamente complicada la vida diaria", reseñó Franco sobre la situación de las instalaciones en las que trabaja tras criticar también el sistema informático del centro.
CENTRALIZACIÓN Y PRIVATIZACIÓN DE LABORATORIOS
La doctora Franco acudió a la Asamblea de Madrid en calidad de presidenta de la asociación de profesionales de laboratorios públicos Aprolab y como tal, criticó que se vayan a centralizar las pruebas de los pacientes de los nuevos hospitales y sus áreas de referencia en un super centro en el Infanta Sofía y en pequeños laboratorios en las nuevas instalaciones de la región.
Franco se opuso a la idea de que esta nueva distribución vaya a disminuir los tiempos de respuesta, la calidad, o el acceso a las pruebas diagnósticas. Así, señaló que en los laboratorios públicos ya existentes el tiempo de respuesta de las pruebas urgentes es de dos horas y de las no urgentes de menor de 8 horas el 90 por ciento de ellas.
En esta línea, destacó la eficiencia del sistema habitual y citó el caso del cierre del laboratorio del CEP de Pontones, de cuyos profesionales indicó "están distribuidos en centros del área 11 que no necesitaban y que han aumentando la ineficiencia".
Asimismo, en cuanto al acceso a las pruebas criticó la existencia de dos sistemas informáticos diferentes, uno para Atención Primaria y otro para Especializada.
"No creo que el gasto se disminuya", aseguró Franco, que apostó por optimizar los recursos y ejercer un mayor control, así como apostar por herramientas que mejoren la gestión, adecuar la plantilla, tener una menor jerarquización y por interrelacionar los laboratorios.
"Qué va a pasar con los datos clínicos que van a quedar en manos de empresas privadas con un índice de rotación de personal muy alto", se preguntó en cuanto al último de los problemas que ve en relación a estos cambios.
Por su parte, el portavoz del PP Javier Rodríguez alabó las ventajas de la centralización porque, a su juicio, así se pueden hacer muchas técnicas que no son de uso frecuente. "Hay pruebas rutinarias y otras que no se pueden hacer fácilmente", señaló.
Además, tuvo palabras para el modelo de gestión aplicado y destacó que el modelo de concesión "ha existido siempre en la Administración", hecho que consideró que no repercute en la calidad asistencial.