MADRID 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
La propiedad del antiguo frontón Beti Jai, en la calle Marqués de Riscal del distrito de Chamberí, tiene hasta el mes de diciembre para acabar las obras de seguridad ya iniciadas y en marcha aunque vayan "despacio", según han informado los servicios técnicos del Ayuntamiento de Madrid.
Así lo han detallado fuentes del área de Urbanismo a Europa Press, después de recordar que esas obras, acometidas por los propietarios, se centran en la cubierta y en el cubrimiento del graderío. Se suman a los trabajos de limpieza y a otros relacionados con el desprendimiento de fachadas y aleros, ya llevados a cabo por el Ayuntamiento.
El plazo cumple en el mes de diciembre, por lo que será entonces cuando el Consistorio tendrá que comprobar que han finalizado los trabajos y, de lo contrario, averiguar los motivos que lo han impedido. Entonces el área de Urbanismo verá si les permite continuar o si los retoma el Ayuntamiento.
Todo ello después de que la Comunidad anunciara este mes de noviembre que el Beti Jai será Bien de Interés Cultural (BIC) antes de que finalice el año.
La relación del Beti Jai, sus propietarios y el Ayuntamiento de Madrid viene de lejos. Mientras los vecinos de la zona, agrupados en una asociación cultural, dicen que esta instalación se está dejando morir, el Consistorio decidió meses atrás ponerse manos a la obra.
Lo hizo dictando una orden de ejecución de medidas de seguridad. No fue cumplida por la propiedad, lo que derivó en una ejecución subsidiaria de los trabajos, que después debían de costear los titulares del Beti Jai.
Pero los problemas continuaron ya que no se permitió la entrada de los técnicos municipales en el recinto, motivo que llevó a pedir la orden judicialmente. Durante ese espacio de tiempo, la propiedad acabó solicitando la ejecución directa de las obras, una petición que recibió la luz verde del Ayuntamiento a cambio de firmar un documento en el que aparece el plazo de seis meses para llevarlas a cabo.
Por otro lado, desde el Gobierno regional informaron que en este momento no se dan las circunstancias para la expropiación, por lo que seguirán los trabajos para evitar el deterioro del frontón en colaboración con los propietarios y de la mano del Ayuntamiento de Madrid.
El frontón ya fue incoado como BIC por primera vez en 1977 y posteriormente en 1991. En 1894 se inauguraba por iniciativa del empresario José Arana, que quería en la capital un frontón a imagen y semejanza del Beti Jai (siempre fiesta, en euskera) de San Sebatián.
En los años 20 del siglo pasado, el Beti Jai dejó de funcionar como frontón. Durante la Guerra Civil fue utilizado como comisaría policial y cárcel para, en los primeros años de la dictadura, pasar a ser lugar de ensayo de bandas musicales vinculadas a la Falange.