MADRID 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Samur, el servicio de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, atendió el año pasado 299 paradas cardíacas en la calle, entre traumáticas y médicas, consiguiendo en el 57 por ciento de los casos reanimar a los pacientes y trasladarlos al hospital, lo que se une a que en un 19,06 por ciento de ellos los pacientes consiguieron sobrevivir sin secuelas neurológicas de importancia.
Además el Samur obtuvo en 2013 uno de los mejores logros de su historia: una supervivencia a los siete días del 82,8 por ciento de los pacientes críticos. Así lo han destacado este miércoles la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el delegado de Seguridad y Emergencias, Enrique Núñez, en un emotivo acto en la central del Samur en la Casa de Campo en el que se han encontrado víctimas de paradas cardíacas como quienes les devolvieron a la vida, tanto profesionales del servicio de emergencias como policías y ciudadanos con formación en técnicas de reanimación.
CARA A CARA
Lo ha contado Santiago, un octogenario que el pasado mes de diciembre se desplomó durante una comida familiar en un restaurante de la calle Ortega y Gasset. Los primeros en llegar fueron dos policías municipales, que le aplicaron técnicas de reanimación, como ha relatado una de ellas, María Teresa.
"He vuelto a nacer, si no fuera por ellos (María Teresa y Sergio) no estaría aquí", ha declarado Santiago. La agente ha reconocido que recuperarle fue "la mejor gratificación que puede tener un policía".
Uno de los casos más emotivos ha sido el protagonizado por Alejandro, de tan solo 16 años. En enero de 2013 recibió una potente descarga eléctrica que le entró por la cabeza y le salió por la rodilla tras tocar la catenaria de un tren en el centro logístico de Renfe de Vicálvaro. Lo que en un principio no era más que una 'chiquillada' pudo costarle la vida.
Así lo ha reconocido él, que no ha podido ocultar las lágrimas durante todo el acto. "Estoy perfectamente, como si no me hubiera pasado nada, pero ahora veo la vida de otra manera, creo que cada segundo que pasa es uno menos y hay que disfrutarlo", ha declarado.
Toda una lección de vida que comparte su madre, quien no ha olvidado agradecer la labor de Daniel, la primera persona que aplicó técnicas de reanimación a su hijo. Con Alejandro se apostó por un proceso de hipotermia, una vez sacado de parada, ya que la bajada de temperatura corporal atenúa los daños cuando el corazón deja de latir.
Quien también está vivo para contarlo es Diego, un hombre de 43 años que en 2008 recibió una herida de bala durante una reyerta que le afectó al corazón y al pulmón. Los médicos del Samur no dudaron un segundo en lo que tenían que hacer, una complicada maniobra por la que se abre el tórax y el masaje se da directamente en el corazón. Elena es la profesional que lo llevó a cabo. "Fue un caso extremo, era un disparo al corazón, pero era la única opción que quedaba", ha recordado.
También Ciriaca, de 85 años, ha querido contar su experiencia de cómo unos ángeles vestidos de amarillo, el color del uniforme del Samur, han hecho que ella sople las velas dos veces al año.
Por su parte, el delegado de Seguridad, Enrique Núñez, ha asegurado, como a él le dijeron cuando llegó al cargo hace trece meses, que "en el Samur no se trabaja, se milita". Al cuerpo de emergencias ha querido darles las gracias en nombre de todos los ciudadanos por tratar a los pacientes "como si fueran su familia".
Botella, por su parte, ha asegurado que los datos del Samur son "a los que aspiran todos los servicios de emergencia del mundo", por lo que ha asegurado que son el servicio de emergencias extrahospitalarias "mejor del mundo, con un tiempo de respuesta de 8 minutos y 45 segundos de media". Y es que cada segundo cuenta: en la presentación del acto se ha destacado que los casos de parada "cada minuto disminuye un 10 por ciento la supervivencia".
CADENA DE SUPERVIVENCIA
El acto ha servido para que víctimas y sus salvadores se hayan puesto cara y para dar a conocer la 'cadena de supervivencia', que consta de cinco eslabones. El primero de ellos es la llamada inmediata a los servicios de emergencia. Aquí es donde entra la formación en RCP (resucitación cardio pulmonar) ya que un testigo capaz de realizar una maniobra de este tipo "duplica la posibilidad de supervivencia".
Por ello Samur-Protección Civil impartió formación a más de 45.000 ciudadanos en 2013, muchos de los cuales, por su condición de policías municipales y miembros de otros cuerpos de seguridad, suelen ser los primeros en llegar al lugar del suceso.
El Samur, por otro lado, garantiza un tiempo de respuesta inferior a 9,5 minutos y una aplicación precoz de la desfibrilación por personal entrenado y experimentado. Éste es el tercer eslabón de la cadena de la vida, que se refuerza con la puesta en marcha de programas monitorizados de instalación de desfibriladores en lugares públicos, como polideportivos.
El cuarto eslabón lo constituye el proceso asistencial especializado realizado por el Samur, con la estabilización del paciente hasta su ingreso en la unidad hospitalaria. De ahí la necesidad de contar con una preparación excelente de todos sus efectivos, caso del Samur-Protección Civil, donde todos los médicos, enfermeros y técnicos están acreditados por la Asociación Americana del Corazón en técnicas de resucitación, acreditación que mantienen con cursos de reciclaje anuales desde hace diez años.
El quinto y último eslabón de la cadena de la vida lo constituyen los cuidados hospitalarios y su vinculación con los servicios extrahospitalarios. En este sentido, la iniciativa adoptada por Samur de instalar en todas las unidades de urgencias de los Hospitales de Madrid un terminal de radio similar al usado por sus unidades permite transmitir el preaviso durante la asistencia y el traslado, garantizando la rapidez de la atención en el hospital a la llegada del paciente.