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MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Trabajadores del SERMAS han registrado este martes en la Asamblea de Madrid hasta 20.000 firmas contra el convenio firmado por el Gobierno regional por el que Cruz Roja gestionará las transfusiones de sangre en la Comunidad.
La consecuencia directa sería la pérdida de "unos 130 empleos públicos", como ha explicado el portavoz del comité de empresa del SERMAS, Rafael Peñafiel, que también es enfermero del centro de transfusiones de la Comunidad. El convenio se refiere a la donación externa, la llevada a cabo por autobuses y por equipos que se trasladan a empresas.
Temen que con la entrada de un gestor privado como Cruz Roja se busque una rentabilidad para este operador privado, cuyos trabajadores no son voluntarios, por lo que podrían ponerse en riesgo más de un centenar de puestos de empleo públicos. A eso han sumado la inquietud para los madrileños ya que "sus datos confidenciales pasarán a una entidad privada".
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha defendido la firma de este convenio, cuyo objetivo, según han explicado sus responsables, es evitar duplicidades y acabar con una situación "única" que se daba en España, el tener dos centros de transfusiones, uno público y otro privado.
Según el convenio, habrá un único centro de transfusiones que se dedique a la actividad de laboratorio una vez que la sangre se ha donado, para el procesado de la misma y que el encargado será el centro dependiente del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).
Otra de las cuestiones que recoge el acuerdo es referente a la labor de captación en cuanto a la donación de la calle, con las unidades móviles. "Se ha llegado a un acuerdo de colaboración y se va a hacer conjuntamente, aprovechándose el tirón que tiene Cruz Roja en la actividad solidaria", han explicado desde Sanidad.