MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de los coches nuevos vendidos en España subieron en 2017 por primera vez en diez años, hasta 116 gramos por kilómetro recorrido (115 gramos en 2016), según la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto).
Desde 2007, las emisiones medias de los vehículos nuevos matriculados en España descendieron año a año hasta el 2016, cuando los automóviles nuevos comercializados emitían de media 115 gramos por kilómetro recorrido, un gramo menos que en 2017.
La patronal de concesionarios atribuye este incremento, en primer lugar, al "auge" de las ventas de los modelos todocamino pequeños y medianos, que el año pasado supusieron el 31,2% del mercado, y cuyas emisiones medias son mayores que las de otros tipos de vehículos.
Asimismo, la caída en las matriculaciones de los automóviles que equipan motores diésel de última generación, que emiten menos dióxido de carbono que los gasolina, es otra de las claves que explica esta variación, según Faconauto.
"Necesitamos un punto de inflexión para que, efectivamente, abordemos la mejora del medio ambiente, que ahora debe centrarse en renovar el parque automovilístico. Ese punto de inflexión ha de ser liderado por parte del Gobierno a través algunas de las leyes vinculadas al automóvil que está promoviendo y, en cualquier caso, por el esperado cambio en la fiscalidad del coche, que puede ser la herramienta más eficaz para acelerar la llegada a las carreteras de coches más eficientes y seguros", ha asegurado el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez.
Por su parte, Faconauto destaca que, con la realidad actual del mercado, donde dominan los motores de combustión, el diésel "tendrá que jugar todavía un papel clave" para que los fabricantes cumplan con las exigencias de reducción de emisiones medias de CO2 que la Unión Europea ha establecido en 95 gramos para el año 2021 y en 66 gramos en 2030.
De esta manera, la patronal cree "esencial" que se ordene el discurso alrededor de los motores de combustión y, "particularmente", en lo referente al diésel. Además, califica el debate que se está generando desde ámbitos sociales y políticos de "poco realista", y de no responder a las demandas de los consumidores, y de que está acelerando "artificialmente" su desaparición, lo que puede ser "contraproducente" para el objetivo común, "en el que el sector es el primer interesado", que es la mejora del medioambiente.
"Si el Gobierno aborda estos cambios, seguramente se centrará el problema, que no son los motores de combustión sino la reventa de los vehículos muy antiguos al no existir incentivos al achatarramiento, y podremos establecer un calendario realista que
nos lleve a la progresiva implantación de los coches de bajas emisiones", ha añadido Pérez.