MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Dirección General de Tráfico (DGT) ultima la publicación de la ubicación de los radares móviles para que esté lista en el mes de julio, según ha informado el departamento que dirige María Seguí a Europa Press.
Esta iniciativa, que se anunciaba el pasado mes de febrero dentro de una batería de medidas para gestionar la velocidad, sí que está en marcha en algunas autonomías, en donde la DGT inició una campaña 'piloto'. Así, sí que se ha publicado la ubicación de los 305 puntos donde se ponen radares móviles en Asturias (29) y Castilla y León (276).
Seguí explicaba en el Congreso de los Diputados que la visibilidad de los radares, tanto móviles como fijos, busca que los conductores respeten los límites de velocidad, especialmente aquellos establecidos como tramos peligrosos.
Concretamente, la DGT publicará en su web, de manera periódica, unos 1.200 tramos de vías, divididos en 50 provincias, que se han "caracterizado como especialmente meritorios de esta gestión". Se trata de tramos "susceptibles de ser vigilados" con los más de 800 radares móviles de este departamento.
"Nuestros criterios de ubicación de estos radares son el resultado de aplicar una metodología propia desarrollada por nosotros y que ya hemos probado en siete provincias, y que tiene en cuenta cuatro parámetros: número de accidentes graves ocurridos en esos tramos (aquellos con al menos una víctima mortal o un herido con hospitalización), el número general de accidentes independientemente de la gravedad, la información sobre la velocidad media en ese tramo y el rango de la carretera", puntualizó Seguí durante su intervención.
YA SON VISIBLES.
A pesar de que la ubicación de los radares móviles aún no son públicas, la decisión de hacerlos visibles al conductor se puso en marcha desde el momento del anuncio de Seguí en la Cámara Baja.
Desde entonces, las unidades de vigilancia de la velocidad de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil permanecen en las carreteras "lo más visibles posibles", siempre que se salvaguarde la seguridad de los agentes y de los vehículos que circulen por la carretera, según las órdenes de la DGT.