Actualizado 08/07/2013 17:34

Tráfico intensificará los controles de drogas y alcohol en las carreteras

Controles Alcoholemia
GUARDIA CIVIL DE LA RIOJA

MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Dirección General de Tráfico (DGT) intensificará a partir de este martes los controles de alcohol y drogas dentro de una campaña que se extenderá hasta el 15 de julio, con el objetivo de sensibilizar a los conductores sobre el elevado riesgo que implica ponerse al volante después de haber consumido estas sustancias.

La semana pasada se supo que Tráfico baraja duplicar las multas por conducir superando los límites permitidos de alcohol o haber consumido drogas, desde los 500 euros actuales hasta los 1.000 euros. La medida forma parte de un "borrador muy preliminar" del anteproyecto de reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial en la que trabaja el Ministerio de Interior.

Actualmente, conducir un vehículo superando la tasa de alcoholemia es considerado una infracción muy grave y se multa con una sanción de 500 euros y la retirada de entre 4 y 6 puntos del carné dependiendo de la tasa de alcohol del conductor.

La campaña que se inicia este martes se enmarca dentro del calendario anual de acciones que la DGT realiza sobre factores de riesgo de accidentes y contará con la colaboración de voluntarios de la Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym), que concienciarán a los conductores sobre las consecuencias que puede tener el alcohol y las drogas en la conducción.

Tráfico advierte de que conducir tras haber ingerido alguna sustancia psicoactiva afecta a las capacidades físicas y mentales del conductor e incrementa entre dos y siete veces la probabilidad de provocar o sufrir un accidente de tráfico respecto a quienes no consumen ninguna sustancia.

Además, el consumo de alcohol o drogas durante la conducción no sólo está relacionado con una mayor accidentalidad, sino que también repercute en una mayor mortalidad, al ser un factor relacionado con un peor pronóstico en las lesiones sufridas.

Este problema lejos de haberse reducido en los últimos años, presenta una tendencia al alza. Así, casi la mitad (el 47,3%) de los muertos en accidentes de tráfico en 2012 y que fueron analizados por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos (medicamentos que alteran la conducta), un 2,3 por ciento más que el año anterior y hasta un 7,3 por ciento más que en 2008, según la última memoria del instituto, que apunta a "una tendencia al alza" en el porcentaje de positivos.

CONTROLES DE DROGA

Para combatir esta tendencia, la DGT lanzó hace ya más de un año un campaña de tolerancia cero hacia las drogas, que implica la intensificación de los controles de estas sustancias. En estos controles, los Agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil toman una muestra de saliva del conductor que introducirá en un dispositivo que analizará la muestra. Si el resultado es positivo, se obtendrá una segunda muestra de confirmación, que se enviará directamente a un laboratorio para su posterior análisis, sin perjuicio de que el conductor pueda solicitar una prueba de contraste en sangre.

En caso de que la prueba de detección de drogas resulte positiva, el conductor será sancionado administrativamente con una multa de 500 euros y la retirada de 6 puntos del carné de conducir. Si además de dar positivo, el conductor presenta una sintomatología evidente de conducir bajo la influencia de sustancias psicoactivas el conductor será puesto a disposición judicial imputado por un delito contra la seguridad vial.

El Código Penal establece en el artículo 379.2 penas de prisión de tres a seis meses o multa económica de seis a doce meses (en función del salario personal) o bien la de trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y en cualquier caso la privación de conducir vehículos a motor por tiempo superior a un año y hasta cuatro años para aquellos conductores que condujeren un vehículo de motor o ciclomotor bajo la influencia de drogas tóxicas.

Además, el Código Penal estipula que el conductor que se niegue a someterse a estos controles de drogas será castigado con penas de prisión de seis meses a un año y la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotor por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.