Actualizado 19/09/2008 16:54

Innova.- Un estudio de La Arrixaca y la UPCT demuestra que no hay 'zonas calientes' de cáncer pediátrico en la Región

La sensibilidad de los niños a los carcinógenos en sus dos primeros años "es 20 veces mayor que la de los adultos"

MURCIA, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un estudio conjunto del hospital universitario Virgen de la Arrixaca y de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) descartó la presencia en la Región de Murcia de clusters o 'zonas calientes' donde la incidencia de cáncer pediátrico es mayor que en otras, según informó a Europa Press el coordinador del estudio y responsable de la Unidad de Pediatría Ambiental PEHSU-Murcia del hospital Virgen de la Arrixaca, Juan Antonio Ortega.

Esta fue la principal conclusión de la comunicación que hoy presentó uno de sus investigadores del departamento de Métodos Cuantitativo e Informáticos de la UPCT, Fernando Antonio López, en las XVI Jornadas de la Asociación Española de Profesores Universitarios de Matemáticas para la Economía y la Empresa (Asepuma) que tuvo lugar en Cartagena.

El objetivo de este trabajo fue la identificación de agrupaciones o cluster de municipios con elevada incidencia de cáncer pediátrico en la Región de Murcia, y para alcanzar este objetivo se utilizaron "diversas técnicas estadísticas englobadas bajo el nombre de Análisis exploratorio de datos espaciales".

En este trabajo, que ya se presentó en la Conferencia Internacional de Salud Infantil y Medio Ambiente de Viena (Austria) en 2007, el principal obstáculo para la obtención de resultados fiables radicó en la baja incidencia de la enfermedad "que se acentúa con el pequeño nivel de desagregación espacial en el que se analiza la información".

Al no encontrar zonas calientes, la principal conclusión "es que los cancerígenos más importantes de la infancia están en un ambiente más doméstico y cercano, y no hay que salir a la calle para buscarlos", señaló Ortega, quien apuntó que "los niños pasan cada vez más tiempo en casa, y es más importante la calidad del aire del interior del hogar que exterior para la salud de los críos".

Por ejemplo, el investigador señaló que la mitad de los niños murcianos "conviven con fumadores en casa, y es el principal factor de exposición a contaminantes, y no tienen que salir a la calle a respirarlo, o los niños que se amamantan durante más tiempo disminuyen el riesgo a padecer cáncer durante la infancia".

ORÍGEN DE LA INVESTIGACIÓN.

Ortega, quien explicó que la Unidad de Pediatría Ambiental del hospital Virgen de la Arrixaca es de referencia nacional e internacional en esta materia, destacó que el origen de la investigación radicó en dos preguntas fundamentales que hacen los padres de niños enfermos de cáncer pediátrico, en primer lugar "por qué su hijo ha tenido un cáncer, y si le puede volver a ocurrir".

En este sentido, insistió en la necesidad de sistemas de vigilancia a tiempo real para prevenir estas enfermedades, el origen del mapa de cáncer pediátrico que elaboró en colaboración con López, y que "es tan pionero que no existe en todo el país, aunque había algunos en adultos y para algunos tipos de tumores, pero nada sobre niños en todo el continente", aclaró.

Se trata de un sistema de alerta que, "conforme se vayan diagnosticando niños, funcionará para ir planteando aspectos que sólo se conocen cuando hablas con los padres y haces la historia clínica ambiental, como el trabajo de los progenitores, la dieta durante el embarazo, qué han comido el año previo al diagnóstico, y sus enfermedades, entre otros factores", todo ello para hacer, en definitiva, un árbol que abarque "hasta tres o cuatro generaciones".

En comparación, matizó que "los mapas de la distribución del cáncer en adultos, advierten que un área contaminada como Cartagena, arrojaba una mayor incidencia", y se preguntó retóricamente "por qué no sucede lo mismo con los niños".

Así, justificó que esto no sucede "porque la mayoría de las exposiciones de riesgo en los niños están en un ambiente más íntimo, motivo por el que no se aprecia esta asociación que aparece en los cáncer de adultos".

Y es que los niños "no son adultos pequeños, y pasan cada vez más tiempo en casa y en espacios cerrados, viven a una altura más baja, respiran más veces por minuto, pesan menos y tienen unos factores de exposición distinta, mientras que los adultos pasan más tiempo en el exterior, expuestos a otros factores".

Todo ello "reafirma esta idea de que los factores de riesgo están en el ambiente intradomiciliario", y alegó que los niños, "mientras que están en la barriga de su madre y durante los primeros dos años de su vida tienen una sensibilidad 20 veces mayor a la acción de los carcinógenos".

Entre los factores más determinantes en el cáncer pediátrico, Ortega precisó que "las radiografías durante el embarazo pueden ser importante para la aparición de una leucemia a los cuatro años, y tener un ingreso en los siete primeros días de vida y te hagan una radiografía", y es que "uno de cada cuatro o cinco niños con cáncer se ha hecho una radiografía durante la etapa neonatal", precisó.

Además, otro factor crucial es tener infecciones, "porque los virus son potentes elementos que fomentan la leucemia, así como las características dietéticas, y la exposición ciertas sustancias, por lo que es necesario que los padres se protejan, en caso de que trabajen en fábricas e industrias químicas, por ejemplo".

"El cáncer y la pobreza van de la mano, y si encontramos una vinculación entre su incidencia y los indicadores económicos, nos hace pensar que la gente pobre es la más expuesta a los factores de riesgo cercanos", aseguró Ortega, quien aseveró que "la pobreza es un potente cancerígeno".

Por todo ello, lanzó una serie de recomendaciones, como, por ejemplo, que los padres tomen medidas de higiene "en caso de que el niño esté expuesto a disolventes y productos que puedan ser cancerígenos, porque vivan cerca de una fábrica o el padre lo pueda, incluso, arrastrar en la ropa". Además dijo que se plantean planes de deshabituación tabáquica en el caso de que los padres sean fumadores.

Así, añadió que un 30 por ciento de los cánceres pediátricos en España "sería fácilmente prevenibles con pequeñas medidas, como medidas dietéticas, no hacer radiografías durante el embarazo y los primeros meses de vida, el amamantar a los niños de forma prolongada, no fumar y erradicar el tabaco de los domicilios".

RESULTADOS ESTUDIO.

En el periodo analizado, desde 1998 hasta 2004, en la Región de la Región se registraron 277 casos de cáncer en niños, lo que supuso una tasa media de incidencia de 14,1 casos por año para cada 100.000 niños. Como se trata de una enfermedad "de muy baja incidencia y el área y la población de estudio es también muy pequeña, las tasas para cada uno de los años de estudio tiene una enorme variabilidad", señaló el estudio consultado por Europa Press.

Entre sus resultados, en primer lugar destacaron los municipios de Ricote y Archena que aparecen marcados como zonas "con valores del estadístico negativo y significativo, indicando que se tratan de municipios que presentan tasas de incidencia muy elevadas con respecto a su entorno".

También el municipio de Fortuna "puede encuadrarse dentro de este mismo grupo y, al igual que ocurre con Ricote, sólo hay dos casos en los nueve años con lo que el estadístico puede estar viciado por la fuerte inestabilidad de la varianza en este caso".

En el extremo opuesto, como zonas frías aparecieron Mula (8,28), Jumilla (5,37), Yecla (7,57), Mazarrón (10,93) y Águilas (6,25).