MURCIA 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
El balance anual de la Cuenca del Segura en lo que respecta al pasado año ha sido "negativo", ya que además de la "petinaz sequía" que padece, se le ha sumado el episodio de inundaciones como consecuencia de las fuertes lluvias registradas a mediados de diciembre y la situación del Mar Menor.
Así lo ha trasladado el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Miguel Ángel Ródenas, en una entrevista concedida a Europa Press, en la que alerta que la cuenca "está más agotada", dado que los recursos son limitados.
Aunque la situación es similar a la de 2015, Ródenas ha recordado que la cuenca lleva ya dos años de sequía "y se ha tenido que echar mano de los recursos propios de la desalación y de los pozos del Sinclinal de Calasparra". En este sentido, ha reconocido que el Sinclinal ha sido explotado ya en dos periodos distintos y ello ha obligado a hacer una evaluación para comprobar que no afecta al medio rural" para poder se explotado un tercer periodo este año.
"Los pozos del Sinclinal podrían seguir aportando, pero las reservas en la cabecera han bajado 170 hm3 y vamos teniendo más problemas, por lo que ir a un cuarto periodo sería mucho más difícil, ya que son recursos limitados", ha reconocido.
No obstante, afirma que la situación "puede cambiar drásticamente, como ocurrió en febrero de 2013 cuando en los embalses se recogieron 800 hm3, lo que nos ha permitido seguir hasta ahora".
Pese a esta situación, ha manifestado que la cuenca ha vivido situaciones peores, como la sequía de la década de los 90 (1992-1995) y la de 2005-2008.
La capacidad de los embalses ha descendido de un 41 a un 27 por ciento, por lo que Ródenas ha resaltado lo "difícil" que ha sido este pasado año, ya que de igual modo las aportaciones del trasvase Tajo-Segura "han descendido y va venido un tercio de lo que suele venir (200 hm3), teniendo que ser compensado por agua desalada y de los pozos del Sinclinal".
Además, el episodio de fuertes lluvias "no aportó mucho y fue más beneficioso para riego intensivo y no de acumulación de embalses".
De forma que la pertinaz sequía que sufre la cuenca del Segura ha persistido durante 2016, situándose el Indicador Global del Estado de la Cuenca estabilizado en situación de alerta.
En este sentido, los principales problemas se encuentran en el subsistema trasvase, cuyo índice se encuentra en situación de emergencia. Estos indicadores, fijados en el Plan Especial ante Situaciones de Alerta y Eventual Sequía (PES) de 2007, son los encargados de fijar los umbrales de fases de gravedad progresiva de las sequías.
Ródenas ha destacado que la cuenca del Segura "se encuentra oficialmente en situación de sequía desde mayo de 2015, momento en el que fue aprobado un Real Decreto por el Gobierno de España que garantiza que se tomarán todas las medidas necesarias para paliar esta situación".
La situación de los embalses de la cuenca ha empeorado durante 2016. Así, si a principios del año pasado acumulaban 468 hectómetros cúbicos, a principios de 2017 tienen 311. Es decir, los pantanos de la cuenca han perdido más de 150 hectómetros cúbicos en los últimos 12 meses; un descenso que se achaca principalmente a la ausencia de precipitaciones en la cuenca del Segura.
Así, durante el pasado año hidrológico (octubre de 2015 a septiembre de 2016) la precipitación media en la demarcación fue de 159,2 mm, mientras que el año anterior fue de 307,9 mm y la media de los últimos diez años es de 309,4 mm.
Es decir, en el último año hidrológico llovió aproximadamente la mitad de un año normal. A pesar de las fuertes precipitaciones del mes de diciembre no se ha producido un aumento significativo de las reservas hasta la fecha.
La mayor parte de las lluvias afectaron a las cotas bajas de la cuenca, fuera de los grandes embalses de regulación. No obstante, las lluvias han ayudado a mejorar la humedad del terreno.