MURCIA 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
La sección tercera de la Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a Maravillas G.B., de 41 años y nacionalidad española, a cinco años y un día de cárcel por acostarse con un menor, de 14 años, con el que mantuvo relaciones sexuales y ofrecerle, asimismo, drogas, según se recoge en la sentencia.
La acusada reconoció, en la primera sesión del juicio, que cuando se acostó con el menor, con el que había entablado una relación de amistad al ser residentes en su vecindad, en la pedanía murciana de Puente Tocinos, esa noche estaba "ida y borracha".
La Sala condena a esta mujer a cuatro años de prisión por el delito de abuso sexual y a un año y un día de cárcel por el de tráfico de drogas. Así como que deberá indemnizar al menor en la cantidad de 4.000 euros, a su hermano con 1.000 euros y a otros tres menores de 14 años en 500 euros cada uno de ellos.
Considera probado que la acusada y su pareja, que falleció poco después en un accidente de moto, entablaron una relación de amistad con varios menores residentes en su vecindad, con quienes compartían diversas actividades, autorizadas por sus respectivas familias.
Cuando falleció la pareja de Maravillas, el cuadro distímico depresivo de la acusada se agravó y "con la finalidad de mitigar su soledad y satisfacer sus necesidades afectivas, siguió invitando a los menores a su domicilio, en especial al de 14 años, que era el que tenía una relación más cercana con su difunto compañero.
La Sala entiende que la relación de la procesada con el menor "era análoga a la de dos personas mayores de edad, manteniendo desde entonces numerosas conversaciones a través de sus respectivos teléfonos móviles y viéndose con frecuencia, a solas o en compañía de terceros".
Momentos en los que Maravillas, "aprovechándose de la corta edad e inexperiencia del menor y de la imagen idealizada que se había formado a lo largo de su relación, además de la influencia de la ingestión de alcohol y sustancias estupefacientes", entre otras cuestiones, logró mantener, al menos una vez, relaciones sexuales completas con el menor, "que llegó a persuadirle de que la procesada era su novia, lo que les llevó incluso a simular su boda".
También facilitó la entrada en el domicilio a otros menores, a quienes compraba también bebidas alcohólicas y facilitaba el acceso a diversas sustancias estupefacientes, como hachís y marihuana, que algunos compraban a encargo y consumían en su domicilio, tolerando que visionaran películas de contenido sexual.
Maravillas admitió en el juicio que tras la muerte de su pareja se volcó en los menores y los menores en ella, mientras que la relación más estrecha que mantenía con el menor en cuestión la describió como "el cuidarme a mí y a mi hija".
No obstante, aseguró que nunca incitó al menor a que bebiera y tomara drogas, como hacía su ex pareja, a la que acompañaba el menor a comprar drogas.
Durante el juicio, también negó que dejara a los menores consumir drogas, ver películas pornográficas y consumir alcohol, "por lo menos cuando estaba yo allí", porque cuando estaba su ex pareja, antes de que falleciera, no sabía lo que ocurría.
Sin embargo, llamó la atención de que "llegó un momento, tras fallecer su ex pareja, en que se me escapó de las manos, hacían los que querían en mi casa y no se iban, el ordenador era suyo, el frigorífico era suyo". "Se habían apoderado de mi casa, de mi vida, de todo", lamenta la acusada, quien ha afirmado que intentó echar a uno de los menores y la madre de éste "por poco más y me mata".