Rouco Varela ensalza al Papa Juan Pablo II como el pontífice "más fascinado" en España desde San Pedro
MURCIA, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso y de la Comisión para las Relaciones con los Musulmanes, el cardenal Jean Louis Tauran, puso hoy de manifiesto la necesidad de estrechar lazos con otras religiones "sin perder la identidad de uno mismo ni hacer proselitismo", en el marco del Congreso Mundial Universitario que se celebra en la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).
Tauran pronunció una charla sobre 'El diálogo interreligioso en el pontificado de Juan Pablo II' en el contexto del congreso, que comenzó hoy y se celebra hasta el próximo domingo, 18 de abril, y en el que toman parte 17 cardenales y numerosos expertos para debatir sobre la figura del difunto Papa polaco.
En este sentido, Tauran indicó que el hombre "es un ser espiritual que no vive en un mundo cerrado", al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de "buscar los puntos en común con otras religiones y confesiones", siguiendo la doctrina de Juan Pablo II.
Todo ello "teniendo en cuenta que hay diferencias importantes que podemos aceptar con respeto y mutua tolerancia, como las diferencias sobre Jesucristo, que para los musulmanes es un profeta y para los cristianos un Dios".
Y es que, a su juicio, hay un "misterio mutuo que Dios nos ayudará a reconocer", tal y como reconoció Juan Pablo II durante su pontificado, en el que dio muestras de su acercamiento a otras religiones, con visitas y encuentros como el que protagonizó con la juventud musulmana en Casablanca (Marruecos), y en 1986 con la visita a la sinagoga de Roma, o en 1993 rezando por la paz en los Balcanes.
En su opinión, detrás de esta obra de Juan Pablo II "se encuentra el convencimiento de que la providencia comprende a todas las religiones, y que Dios vino al mundo para todos los pueblos". "Así lo recoge su encíclica, en la que indica que ese respeto mutuo no significa perder la certeza de la fe", apostilló.
Recordó que Juan Pablo II "señaló con claridad que insistir en el diálogo con otras religiones no significa perder la fe, sino que es una de las misiones de la Iglesia, es parte de la misión evangelizadora, que no responde a una estrategia ni un interés, sino que tiene sus propias motivaciones y dignidad, nace del mutuo respeto".
De esta forma, puntualizó que el diálogo interreligioso "debe promover la paz y armonía entre personas y naciones, pero no tiene como objetivo principal bautizar a los que no son católicos, sino generar un clima propicio en la sociedad y favorecer, si Dios quiere, en las conversiones".
"El diálogo favorece la conversión, pero no es su meta", declaró Tauran, quien dijo que la Iglesia, "trata precisamente de descubrir la semilla de la palabra a través de este diálogo". Por ello, dijo que las otras religiones "son un desafío positivo para la iglesia, porque invitan a reconocer los indicios del Espíritu santo que obrar en otros creyentes, y a descubrir el contenido de nuestra propia fe".
Las condiciones para un diálogo "fructífero y genuino", no sólo con el Judaísmo y el Islam, sino también con las religiones africanas, por ejemplo, es que los cristianos "debemos, primero, tener una identidad espiritual muy definida, conocer y aceptar lo que somos, y aceptar el derecho recíproco a la diferencia, así como tener valor de la alteridad, y no renunciar a la transparencia de nuestras intenciones, a testificar y a proponer su fe, evitando hacer proselitismo", destacó.
IGLESIAS ORIENTALES
Por su parte, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, cardenal Leonardo Sandri, quien pronunció la charla sobre 'El impulso Ecuménico y las Iglesias Orientales en el Pontificado de Juan Pablo II', destacó que el difunto Papa polaco "se enaltecía de ser hijo del oriente cristiano".
Así, recordó que el pontífice retomó "desde el principio" las iniciativas de Juan XXIII y de Pablo VI, con viajes por toda la geografía del oriente cristiano, como Jerusalén o Constantinopla, donde afirmó que Andrés y Pedro "son hermanos", y que entre la Iglesia de Roma y Constantinopla "existen lazos" y que "es natural una colaboración más estrecha".
En este sentido, recordó que Juan Pablo II, durante su pontificado, trató de reestablecer lazos de comunión con la Iglesia ortodoxa y prestó "especial atención" al oriente cristiano, tal y como refleja su obras y cartas encíclicas.
En concreto, Sandri indicó que el Papa polaco "consideró la tradición oriental en su totalidad, y dijo que los cristianos católicos y ortodoxos, y su tradición, es parte integrante de la iglesia de Jesucristo, recíprocamente complementaria de la religión occidental, sin detenerse en las controversias del pasado".
TAREA EVANGELIZADORA
El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco Varela, quien expuso la relación entre Juan Pablo II y España, hizo hincapié en el carácter católico de la nación española, lo que reconoció como "una realidad histórica que se va formando durante 2.000 años".
Precisamente, el presidente de la Conferencia Episcopal, quien hizo un repaso de todos los viajes y estancias de Juan Pablo II en España, indicó que el Papa polaco siempre exhortó e invitó a los obispos y prelados españoles a "extender la responsabilidad histórica de la nación en la evangelización de otros pueblos".
Rouco Varela, quien ensalzó que el interés de Juan Pablo II por España "desbordaba lo habitual" y era el pontífice "más fascinado por España desde Pedro hasta hoy", destacó que apreciaba la herencia católica del país hasta el punto de pedir "que no olvidáramos la riqueza católica y espiritual de nuestra historia".