Actualizado: jueves, 12 enero 2017 14:14

Psicóloga destaca que tanto acosado como acosador tienen problemas de autoestima y que necesitan tener un modelo positivo desde casa

MURCIA, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

El 60 por ciento de los niños que han acosado o participado en estas prácticas cometerán un delito antes de los 24 años y son más vulnerables a tener problemas con las drogas o el alcohol.

Así lo ha destacado la psicóloga Elena Villarreal de la asociaciones Camino de Aura y Ada+Hi, que tratan el acoso escolar y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, respectivamente.

Villarreal ha subrayado, ante el suicidio de una menor de 13 años en Murcia por un presunto caso de acoso escolar, que lo primero es intentar darle solución, "no cronificar la situación, dando lugar a que unos meros insultos acaben en un acoso prolongado", y buscando ayuda.

Tras lo que ha querido resaltar que actualmente éste es un tema que está muy presente, aclarando las cuatro condiciones que debe darse para identificar un caso de acoso escolar.

El primero de ellos, explica en declaraciones a Europa Press, es que no sea una agresión física aislada, que existan insultos, y un aislamiento social; lo segundo, es que se prolongue en el tiempo, en tercer lugar, que siempre haya un individuo que provoca el acoso, un 'cabecilla', y en último lugar, que la situación pase inadvertida.

La psicóloga habla, asimismo, de dos perspectivas que deben tener en cuenta los padres: si su hijo está siendo acosado o si su hijo es acosador.

En el primero de los casos, el menor presenta lesiones físicas, que suele justificar con que se ha caído, la perdida o rotura de ropa y material escolar y el cambio en el comportamiento. Además el niño suele estar más distraído y asustado, además de triste e irritable, de hecho "en los niños más pequeños la sintomatología, en casos de depresión, es la irritabilidad más que la tristeza, porque no sabe expresar lo que le ocurre".

El acosado además no quiere acudir al colegio, a excursiones o a fiestas, tampoco salir con amigos, presenta bajas calificaciones, se va de casa al colegio con el tiempo justo, a lo que puede unirse una somatización, que esté muy nervioso antes de ir al colegio, e incluso vomite.

Otras condiciones que suelen darse es que el pequeño no hable del colegio en casa, que coma y duerma peor y tenga pesadillas por las noches. Además no tiene amigos y pasan el tiempo de ocio en casa.

Por el contrario, ha hecho hincapié, un padre puede reconocer si su hijo es un acosador cuando existe una ausencia de empatía, el niño se muestra prepotente, con una conducta agresiva y se siente orgulloso de ello, no cumple las normas en casa ni pide perdón porque no se siente mal.

Ante lo que recomienda ser un modelo positivo en casa, trabajar con la escuela o el instituto, hablar con profesores y amigos, no culpar a los demás de la conducta del hijo acosador, enseñarle buenas prácticas, demostrar que se le sigue queriendo o animarle a pedir perdón y a entender que lo ha hecho es un error.

La experta aconseja, asimismo, evitar poner etiquetas de forma precipitada porque "ambos niños, tanto el acosado como el acosador, tiene problemas de autoestima, son niños que no saben cómo gestionar sus emociones", y que el acoso escolar es algo que debe darse a lo largo del tiempo.

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