Al finalizar sus palabras el acusado se emocionó al mencionar la posibilidad de que le expulsen de la carrera judicial
MURCIA, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El magistrado Fernando Ferrín Calamita, acusado por supuesto retraso malicioso en el expediente de una mujer que quería conseguir la adopción de la hija biológica de su compañera sentimental, indicó hoy que "este proceso penal nunca tendría que haberse iniciado".
Durante todo su discurso, que fue el que cerró la tercera vista oral, que se celebró hoy, estuvo replicando lo anteriormente dicho por la acusación particular y el Ministerio Fiscal.
Calamita aseguró en todo momento que siempre veló por el interés de la menor, y que se "implicaba demasiado". "Mi única intención fue garantizar lo mejor para la niña, espero que sea feliz, que crezca con el cariño de Vanesa y Susana y que la adopción haya sido la mejor opción", matizó.
En cuanto a la querella por retardo malicioso, dijo que "no concurre elemento objetivo, porque al ser por el hecho de que esté el asunto parado seis o siete meses, habría que procesar al 95 por ciento de los jueces españoles".
Según Ferrín Calamita, se le acusa por "ser católico". Aseguró que si el gabinete psicosocial hubiera acatado su mandato y hecho el informe, las conclusiones las hubiera aceptado, "lo crean o no".
En cuanto a las preguntas que pidió Ferrín Calamita que les respondieran los psicólogos, mantuvo que "no se trataba de hacer profecías o adivinar el futuro, un psicólogo está plenamente capacitado para emitir un juicio".
"Yo quería que la Dirección General de Familia me dijera si era perjudicial o no la adopción, pero lo que hicieron fue evadir el tema y decir que no era políticamente correcto emitir el informe porque se trataban de ideas", apuntó el magistrado.
Asimismo, recordó durante su intervención que un juez de familia "tiene especiales facultades en la protección del interés del menor, es decir, este expediente podría haber tardado dos, tres o cuatro años, hasta que yo hubiera estado seguro de que la adopción resultaba beneficiosa para la niña".
Ferrín Calamita al finalizar sus palabras solicitó la absolución y que se le permita la incorporación inmediata a su puesto de trabajo. "Una condena sería gravemente injusta, obviamente la recurriría", anunció.
En este sentido, explicó que "si pese a ello, por motivos políticos o ideológicos o incluso de 'cristianofobia', se me expulsa de la carrera judicial, tras agotar todos los recursos legales, lo aceptaré como venido de las manos de Dios".
Al salir de la vista oral, Calamita argumentó que "después de 15 meses soportando esta situación", no tenía previsto emocionarse, pero aseguró que explotó. Concluyó señalando a los medios de comunicación que espera que "se haga justicia".
"ES LA HORA DE LA JUSTICIA".
Por su parte, el abogado de la acusación particular, José Luis Mazón, indicó al comienzo de su alegato que "es la hora de la justicia y la hora de la responsabilidad".
Para Mazón, "el acusado quería combatir la ley, no tenía ningún interés por la menor y quería imponer sus creencias", al igual que subrayó que Ferrín Calamita "está para obedecer la ley no para discutirla ni para torpedearla".
"Creemos que hay prevaricación por retardo malicioso en concurso, con prevaricación continuada", al mismo tiempo que señaló que hay "delito de discriminación por razón de la orientación sexual en la prestación de un servicio público", por el que piden "tres años de prisión e inhabilitación especial para empleo de cargo público por cuatro años y 18.000 euros".
Mazón comunicó a los periodistas, al término del juicio, que cree que "el tribunal condenará a Ferrín Calamita por retardo malicioso en la Administración de Justicia, ya que es lo más sencillo y más claro desde el punto de vista del trabajo judicial".
Por otro lado, el fiscal superior de la Comunidad Autónoma, Manuel López Bernal, calificó los hechos como un delito continuado de prevaricación. Explicó el sustento de esta acusación, diciendo por ejemplo, que "en este caso de adopción se dio un trato desigual".
También, el fiscal superior declaró que según Calamita lo único que motivó su actuación fue el interés de la menor, "pero no puede suplir la voluntad de la ley por la voluntad propia".
Además, aludió a que lo que se pidió al gabinete psicosocial era una "prospección de futuro", como "en qué puede afectarle la adopción a la menor".
Al respecto, López Bernal recordó que "las psicólogas dijeron que la adopción, como hecho jurídico, no le podía afectar en nada a la niña, porque ambas madres vivían ya juntas, además indicaron que hubiera adquirido los derechos jurídicos que la protegían, eso es el derecho del menor".
"En atención al interés del menor --prosiguió-- Ferrín Calamita consideró que la madre biológica tenía intereses contrapuestos, y nos preguntamos cuáles son esos intereses contrapuestos de una madre hacia su hija".
Sobre las cuestiones que pidió el acusado como "si es o no cierto que una crianza en una familia homoparental puede aumentar el peligro de ser homosexual", López Bernal se preguntó qué entiende Calamita por homosexualidad, o si es que "él entiende que la homosexualidad es una enfermedad contagiosa".
En cuanto al alegato final del abogado de la defensa, Javier María Pérez Roldán, dijo que "si por ser católico ya tiene que ser homófobo", a la vez que aseguró que "no se dudaba de la idoneidad de la madre sino si eran idóneas en su conjunto, ya que no se puede colocar a los menores en situación de riesgo, por lo que no buscaba poner a la menor en una situación de indefensión".
Pérez Roldán mantuvo que "el juez cumplió con su deber y la resolución debe ser justa ya que aquí está todo ajustado al derecho y no se ha demostrado la discriminación".
A la salida del juicio, el abogado de la defensa afirmó que su cliente se encontraba nervioso. "No porque sea juez tiene inmunidad para eso", aclaró.
"Yo creo que mis alegaciones finales han sido claras, lo que ocurrió es que nadie quiso elaborar un informe, él quería saber el bien del menor y ha quedado claro que esto ocurrió porque nadie quería informar. Si hubieran tenido el valor de informar, para bien o para mal, nada de esto hubiera pasado", especificó.
Al mismo tiempo, Pérez Roldán no cree que Ferrín Calamita haya sido víctima de ningún tipo de colectivo, "de lo que sí ha sido víctima es de que hay determinados temas delicados que nadie tiene valor a tocarlos".
Por último, aseguro que "ha quedado en evidencia que es inocente, lo que ocurre es que esto, como lo del juez Tirado, ha abierto la veda y hoy en día todas las resoluciones de los jueces van a ser miradas con lupa, cosa que no me parece incorrecta, siempre que se cumpla el procedimiento".
El presidente del Tribunal, el magistrado Julián Pérez Templado, manifestó que la resolución queda vista para sentencia.