Parte de la familia acordó "hacerlo desaparecer" antes de que pidiera el divorcio y repartiese sus bienes y pagaron a un sicario luso
ORENSE, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
El hermano, exyerno y dos nietos de Bernardino Pousa, el conductor de autobús degollado en la estación del municipio orensano de Verín donde trabajaba, piden en dos escritos de acusación para la esposa de la víctima, su hija, el novio de ésta y un sicario luso contratado por 5.000 euros, 82 años de prisión por su asesinato.
Según el escrito de acusación, los procesados contrataron un sicario al saber que la víctima pediría el divorcio e iniciaría el reparto de sus bienes, cuando ya tenía una relación sentimental con otra mujer.
Uno de los escritos de la acusación particular, al que tuvo acceso Europa Press, relata los hechos que la familia acusadora considera como probados, entre ellos que Bernardino y su esposa comenzaron a tramitar su divorcio en agosto de 2009, con la división y liquidación de los bienes gananciales que eran unos 500.000 euros, varios inmuebles y vehículos.
La esposa de la víctima, Dolores A.A., "estaba convencida" de que Bernardino tenía una relación sentimental con una compañera de trabajo y vivió un proceso "traumático" de separación de su marido en el que la hija de ambos María Ángeles P.A. "tomó partido" por la madre y comenzó a llevarse mal con su padre.
Además, Alberto V.L., novio de María Ángeles P.A., también tenía mala relación con Bernardino hasta el punto de llegar a una agresión mutua que llevó a ambos a un juicio de faltas por lesiones.
SICARIO SIN CARNÉ DE CONDUCIR
Esposa, hija y yerno de la víctima acordaron hacerla "desaparecer", según el escrito de la acusación, y para ello encargaron a Alberto V.L. que buscase a un sicario por lo que contactó con el club 'Gran Rancho' con Ilidio M.R., apodado 'el cobra', y lo contrató a cambio de 5.000 euros, "siempre siguiendo las instrucciones de las otras dos acusada y de acuerdo con ellas", según sostiene la acusación, aunque una de ellas le dijo en principio que intentase "conseguir un precio más bajo, pero que si no era posible, pagara esa cantidad".
Según el relato, el sicario intentó al menos en tres ocasiones acabar con la vida de Bernardino entre mayo y septiembre de 2011, y en cada una de ellas Alberto V.L. fue a buscarlo a su domicilio a Chaves para trasladarlo hasta Verín o al pueblo natal del chófer, buscando lugares y momentos propicios, y en las reuniones posteriores para conocer lo ocurrido, el mercenario explicó la imposibilidad de ejecutar el acuerdo.
El día 11 de septiembre, el trío de inductores al asesinato fue a la playa de Samil, en Vigo, para comprobar que Bernardino Pousa había viajado con el autobús tal como era su trabajo, y al comprobarlo volvieron a Verín.
Según el escrito de acusación, Alberto V. fue a Portugal a buscar al sicario y, al volver a Verín, pararon "en los chinos para comprar guantes" y fueron a la nave donde "sabían que Bernardino dejaría aparcado el autobús al volver del trabajo".
Cuando la víctima llegó a las 22 horas, el sicario Ilidio M.L., se le acercó por detrás y le cortó el cuello, y ante el intento de defenderse se hizo un corte en la mano derecho y le golpeó "de forma brutal y hasta en 16 ocasiones" con una barra de hierro, en distintas partes de la cabeza y brazos hasta provocarle "el inmediato fallecimiento".
El sicario fue recogido después por el yerno de su víctima "y de camino a Portugal le pagó el dinero pendiente del trato", según sostiene la acusación.
INDUCTORES Y AUTORES
La acusación considera que el sicario y la esposa, hija y yerno de la víctima son culpables de asesinato: el primero como autor material y los otros tres como "autores intelectuales e inductores" con el agravante de parentesco.
Para el mercenario contratado, las acusaciones particulares piden 25 años de prisión, prohibición de residir en Verín durante 32 años y de aproximarse a los nietos, exyerno y hermano de la víctima durante otros 32 años a menos de 500 metros de distancia.
Para el novio de su hija, Alberto V.L., solicitan 17 años y medio de prisión, con prohibición de vivir en Verín durante 27 años y de aproximarse a los denunciantes durante otros tantos. Para la esposa e hija del fallecido, piden sendas penas de 20 años de prisión, extradición de Verín durante 30 años y prohibición de aproximarse a los denunciantes durante el mismo tiempo, además de una indemnización de 120.000 euros para cada uno de los dos nietos, y algo más para los otros dos familiares, según explicaron fuentes jurídicas a Europa Press.
Por su parte, el fiscal pide penas de prisión algo menores. Así, para el sicario reclama 22 años y medio de cárcel, para el yerno de la víctima 17 años de prisión y para esposa e hija otros 20 años para cada una, mientras que la indemnización para el hermano se cuantifica en 450.000 euros y la de los dos nietos en 20.000 euros cada uno, según el escrito de la Fiscalía al que tuvo acceso Europa Press.
Mientras, continúan los plazos para que presenten sus calificaciones una de las acusaciones particulares y las cuatro defensas por lo que, según han señalado fuentes jurídicas, el juicio por el llamado "crimen de Verín" podría no celebrarse antes de 2014, pues, además, requerirá la selección previa de los integrantes del Tribunal de Jurado, que escucharán las pruebas en un juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial de Orense. además, se baraja la posibilidad de que se desplace hasta Verín para hacer una inspección ocular del lugar donde fue encontrado el cuerpo de la víctima, tal como pide la acusación particular.